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1. Revelación
2. Personas
3. Prerrogativas de cada persona
4. Circunminsesión
5. Operaciones «ad extra»
6. Nociones
7. Procesiones a) del Hijo, b) del Espíritu Santo
8. Relaciones
9. Misiones
10. La Inhabitación
1. El Misterio Trinitario. Revelación
-Las verdades reveladas por Dios exceden la capacidad natural de conocer
-La razón natural no puede vislumbrar ni conocer el Misterio de la Trinidad
-La razón iluminada por la fe puede explicar imperfectamente la Trinidad de las personas
-Sólo hay indicios del misterio trinitario en A. T.
-La Trinidad se vislumbra en el A. T.
-Las tres personas se manifiestan en el Bautismo de Jesús
-El Misterio Trinitario se revela claramente en el N. T.
-Las verdades que Dios revela al hombre, es razonable que la razón humana las acepte como verdaderas aunque excedan mucho la capacidad natural de conocer.
¿Pretendes alcanzar la realidad de Dios, llegar hasta la perfección de Sadday? (Job 11, 7).
...que grande es Dios y no le comprendemos, el número de sus años es insondable (Job 36, 26).
Porque imperfecta es nuestra ciencia e imperfecta nuestra profecía (1 Cor. 13, 9).
Aclaración. No se puede rechazar como falso, todo lo que es afirma de Dios, aunque la razón humana no pueda descubrirlo ni comprobarlo.
-La razón natural sin la iluminación de la fe no puede conocer y ni siquiera vislumbrar la existencia del misterio de la Santísima Trinidad.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Mt. 11, 27).
-La razón iluminada por la fe puede explicar la Trinidad de las personas divinas, aunque sea muy imperfectamente.
Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión... (2 Cor. 5, 6-7).
-El Misterio Trinitario no aparece claramente revelado en el Antiguo Testamento y sólo hay algunos indicios de la futura Revelación del mismo.
a) -Usando muchas veces el plural:
Dijo Dios: «Hagamos el hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza...» (Gén. 1, 26).
Y dijo Yahvéh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal!» (Gén. 3, 22).
...y dijo Yahvéh: «...Ea, pues, bajemos y una vez allí confundamos su lenguaje...» (Gén. 11, 7).
Aclaración. Estos textos pudieran referirse a un plural mayestático, Ej. el usado por los Papas y por los Reyes.
b) -Los libros sapienciales nos hablan de la Sabiduría divina, junto a Yahvéh y engendrara por Él.
Yahvéh me creó, primicia de su camino,
antes que sus obras más antiguas.
Desde la eternidad fui moldeada,
desde el principio, antes que la tierra.
Cuando ni existían los abismos fui engendrada (Prov. 8, 22-24).
c) -El Antiguo Testamento nos habla muchas veces del Espíritu de Dios o del Espíritu Santo.
...mientras el Espíritu de Dios alentaba sobre la superficie de las aguas (Gén. 1, 2).
...no retires de mí tu santo espíritu (Sal. 50, 13).
Porque el Espíritu del Señor llena el mundo...
Sab. 1, 7.
Saldrá un vástago del tronco de José, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahvéh... (Is. 11, 1-2).
El Espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahvéh (Is. 61, 1).
Mas ellos se rebelaron y contristaron a su Espíritu Santo,... (Is. 63, 10).
d) -El trisagio de Isaías parece una alusión.
Y se gritaban el uno al otro:
«Santo, santo, santo, Yahvéh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria» (Is. 6, 3).
Aclaración. Esta triple expresión pudiera expresar el superlativo de la misma.
e) -En el libro de la Sabiduría se nombran junto a Yahvéh su sabiduría y su espíritu.
Y ¿quién hubiera conocido tu voluntad, si tu no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu Espíritu santo? (Sab. 9, 17).
-La Trinidad de personas en Dios se vislumbra en el Antiguo Testamento.
a) -Cuando Dios habla, usa el verbo en plural.
Dijo Dios: «Hagamos el hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza,...» (Gén. 1, 26).
Y dijo Yahvéh Dios: «He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal» (Gén. 3, 22).
«Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo» (Gén. 11, 7).
b) - Cuando el hagiógrafo habla, usa el verbo en singular.
Y creó Dios el hombre a imagen suya,... (Gén. 1, 27).
Aclaración. Queda expresada la pluralidad de personas en las palabras «hagamos», «uno de nosotros», «bajemos» y «confundamos».
-Las tres personas divinas se manifestaron simultáneamente enseguida de bautizado Jesús.
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que venía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt. 3, 21).
Por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. No bien hubo salido de agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y vino una voz de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco» (Mc. 1, 9-11).
Cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco» (Lc. 3, 21-22).
-El Misterio trinitario se revela claramente en el Nuevo Testamento.
a) -En los evangelios:
-En la Anunciación:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios (Lc. 1, 35).
-En el Bautismo:
Bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco» (Lc. 3, 21-22).
-En el sermón de la cena:
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
-En la fórmula del Bautismo:
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,... (Mt. 28, 19).
b) -En las cartas de los Apóstoles:
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu santo sean con todos vosotros (2 Cor. 13, 13).
Llenaos más bien del Espíritu...dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo (Ef. 5, 18-20).
...¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 14).
Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como extranjeros...según el previo conocimiento de Dios Padre, con la acción santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre.
A vosotros gracia y paz abundantes (1 Pe. 1, 1-2).
c) -En los hechos de los Apóstoles:
Y exaltado (Jesús) por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís (Hch. 2, 33).
Aclaración. Esta es la fe de la Iglesia y nadie puede alterar estos datos sagrados que la Iglesia conserva fidelísimamente a través de los siglos.
2. El Misterio Trinitario. Personas
-El concepto de persona puede aplicarse a Dios
-El nombre de persona designa en Dios sus relaciones, no su esencia
-El Padre es Dios. El Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios
-Los tres son iguales entre sí
-Los tres se identifican en la misma esencia
-Los tres tienen sustancia común
-Los tres tienen naturaleza común
-Los tres son coeternos
-Los tres se distinguen realmente
-Existe distinción entre los Tres
-El concepto de persona puede aplicarse a Dios, pero sin las imperfecciones propias de las criaturas.
Naturaleza es la esencia de una cosa en cuanto que es sujeto de las operaciones que le son propias. Responde a la pregunta ¿Qué es esto?
Persona es sustancia individual de naturaleza racional. (Boecio). Responde a la pregunta ¿Quién es éste?
La naturaleza designa a la cosa y la persona designa al yo.
Porque el Señor es el Espíritu,... (2 Cor. 3, 17).
Aclaración. El Espíritu es sustancia individual de naturaleza racional.
-El nombre de persona no designa en Dios su esencia divina, sino sus relaciones subsistentes.
Si la expresión Persona, aplicada a Dios, designara la esencia divina, habría en Él tres esencias divinas, o sea tres dioses.
Pero hay un solo Dios,
...para que sepas que Yahvéh es el verdadero Dios y que no hay otro fuera de Él (Dt. 4, 35).
Escucha Israel: Yahvéh es nuestro Dios, sólo Yahvéh (Dt. 6, 4).
Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que no hay otro Dios junto a mí (Dt. 32, 39).
Yo soy Yahvéh, no hay ningún otro; fuera de mí ningún Dios existe (Is. 45, 5).
y las personas son tres,
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28, 19).
Por tanto, con la palabra Persona no se designa en dios su esencia divina, sino sus relaciones reales intratrinitarias, que son paternidad, filiación y espiración pasiva, identificadas con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
-En Dios hay tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28, 19).
-El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios.
a) -El Padre es Dios.
...llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios (Jn. 5, 18).
Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios (Jn. 20, 17).
b) -El Hijo es Dios.
En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, el Verbo era Dios (Jn. 1, 1).
c) -El Espíritu Santo es Dios.
Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón hasta inducirte a mentir al Espíritu Santo,...?. No has mentido a los hombre sino a Dios» (Hch. 5, 3-4).
No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención (Ef. 4, 30).
-Las tres personas divinas son absolutamente iguales entre sí.
«...el Padre y yo somos una sola cosa» (Jn. 10. 30).
Todo lo que tiene el Padre es mío (Jn. 16, 15).
Todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío (Jn. 17, 10).
Aclaración.
...porque el Padre es más que yo (Jn. 14, 28).
se refiere en cuanto hombre, no en cuanto Dios.
-Las tres personas divinas se identifican en una sola y misma esencia.
«...el Padre y yo somos una sola cosa» (Jn. 10, 30).
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son una misma cosa (1 Jo, 5, 7).
Aclaración. Este último texto está tomado de la Vulgata. Falta en la mayor parte de los códices antiguos y es desconocido de los Padres. Se ve en los antiquísimos de diferentes iglesias que consultó el Cardenal Cisneros para la edición políglota complutense de la Biblia.
-El Padre, el Hijo y el espíritu Santo tiene un sustancia común a los tres.
a) -El Hijo es consustancial al Padre.
En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1).
El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).
b) -El Espíritu Santo es consustancial al Padre y al Hijo.
Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón hasta inducirte a mentir al Espíritu Santo,...?
No has mentido a los hombres sino a Dios (Hch. 5, 3-4).
Aclaración. La consustancialidad del Hijo y del Espíritu Santo, se deduce claramente de ser ambos consustanciales al Padre.
-El Padre, el Hijo y el espíritu Santo tiene un sola naturaleza común a los tres.
Naturaleza de un ser es el mismo ser en cuanto que es sujeto de sus operaciones propias.
En la Sagrada Escritura consta de la unidad de Dios y la trinidad de las personas.
a) -La unidad de Dios.
Escucha, Israel: Yahvéh es nuestro Dios, sólo Yahvéh (Dt. 6, 4).
...sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y no hay más que un único Dios (1 Cor. 8, 4).
b) -La trinidad de las personas.
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,... (Mt. 28, 19).
Aclaración. La naturaleza de Dios uno es común al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
-Las tres personas divinas son absolutamente coeternas y en ellas no existe sucesión de tiempo.
En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1-2).
Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo:
antes que naciese Abraham, Yo Soy» (Jn. 8, 58).
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 5).
Aclaración. Si el Padre engendra al Hijo y el Espíritu Santo procede de ambos, parece que el Hijo existe después del Padre y que el Espíritu Santo existe después del Padre y del Hijo. La solución es muy sencilla y clara. Las procesiones divinas nada tienen que ver con el antes y el después propio de las acciones de las criaturas realizadas en el tiempo. El Padre engendra al Hijo y de ambos procede el Espíritu Santo, por una acción que no es distinta de la misma naturaleza divina. No es una acción accidental sobreañadida a su esencia. Por consiguiente, el instante de su origen es el mismo instante en que se realizan en el seno de la vida trinitaria, se realizaron, se realizan y se realizarán en este instante de duración eterna que es la eternidad.
-El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se distinguen entre sí realmente.
Significa que cada uno de ellos no es ninguno de los otros dos.
a) -El Hijo es distinto del Padre.
Y una voz que venía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt. 3, 17.)
En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios (Jn. 1, 1).
...el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn. 1, 18).
b) -El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son cada uno distinto de los otros dos.
...bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco» (Lc. 3, 21-22).
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad,... (Jn. 14, 15-17).
-Existe distinción entre las tres divinas personas.
a) -Distinción entre el Padre y el Hijo.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo,... (Mt. 11, 27).
b) -Distinción entre el Padre y el Espíritu Santo.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre,... (Jn. 15, 26).
c) -Distinción entre el Hijo y el Espíritu Santo.
Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré (Jn. 16, 7).
3. El Misterio Trinitario. Prerrogativas de cada persona
-El Verbo existe con preexistencia eterna
-El Verbo es consustancial con el Padre
-Existe identidad entre el Hijo y el Padre
-El Verbo posee las prerrogativas del Padre
-Al Verbo y al Padre le cuadran las prerrogativas de la divinidad
-La gloria del Hijo y del Padre se identifican
-El Espíritu Santo es consustancial con el Padre y el Hijo
-El Espíritu Santo es igual al Hijo como el Hijo es igual al Padre
-El Espíritu Santo tiene los mismos atributos de Dios
-El Verbo de Dios existe con preexistencia eterna.
Antes de todo estaba creada la Sabiduría, la inteligente prudencia desde la eternidad (Si. 1, 4).
-El Verbo o el hijo es verdadero Dios, segunda persona de la Trinidad consustancial con el Padre.
En la Sagrada Escritura consta que el Verbo es Dios, que es de la misma naturaleza que el Padre y que se le atribuyen atributos y operaciones propias de Dios Padre.
a) -Que el Verbo es Dios
En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1).
Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna (1 Jn. 5, 20).
...y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo, según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos (Rom. 9, 5).
b) -Que es de la misma naturaleza que el Padre.
El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).
Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios» (Jn. 10, 33).
Todo lo que tiene el Padre es mío (Jn. 16, 15).
Los judíos le replicaron: « nosotros tenemos una ley y según esa ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios» (Jn. 19, 7).
El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente ser igual a Dios (Fil. 2, 6).
c) -Que al Verbo se le atribuyen atributos y operaciones propias de Dios Padre.
1º -Se le atribuyen atributos
-La eternidad.
En el principio de la Palabra existía (Jn. 1, 1).
Aclaración. Antes de todas las cosas creadas.
-La omnisciencia.
...en el cual (Cristo) están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (Col. 2, 3).
-La Omnipotencia.
Jesús les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso lo hace también igualmente el Hijo» (Jn. 5, 19).
2º -Se le atribuyen operaciones.
-La creación del mundo.
...y el mundo fue creado por ella (por la Palabra, Verbo de Dios)... (Jn. 1, 10).
-El poder de perdonar pecados.
Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados» (Lc. 5, 20).
-La infusión de la gracia.
A todos los que la (La Palabra, el Verbo de Dios) recibieron les dio poder de hacerse Hijos de Dios,... (Jn. 1, 12).
-El poder de santificar.
Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás (Jn. 10, 28).
-Entre Dios Padre y Dios Hijo existe una identidad ontológica.
En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (Jn. 1, 1).
Los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no solo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios (Jn. 5, 18).
Respondió Jesús: «...si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre» (Jo, 8, 19).
Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios» (Jn. 10, 33).
El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).
Jesús gritó: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado...» (Jn. 12, 44-45).
En verdad, en verdad os digo: «Quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a aquel que me ha enviado» (Jn. 13, 20).
Le dice Jesús: «¿tanto tiempo estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre...» (Jn. 14, 9).
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos creedlo por las obras (Jn. 14, 11).
Y yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno... (Jn. 17, 22).
-Los atributos y prerrogativas del Padre los posee perfectamente el Hijo.
a) -Atributos.
-Eternidad.
...él -Cristo- existe con anterioridad a todo,... (Col. 1, 17).
-Omnipotencia.
...todo fue creado por él -Cristo- y para él,... (Col. 1, 16).
-Infinidad.
Porque en él -Cristo- reside toda la plenitud de la Divinidad,... (Col. 2, 9).
b) -Prerrogativas.
- La consistencia.
...todo tiene en él -Cristo- su consistencia,... (Col. 1, 17).
La gloria, el señorío.
...y toda lengua confiere que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 11).
-La identidad de su reino -el de Cristo- y el del Padre.
...ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).
-La identidad de su tribunal -el de Cristo- con el del Padre.
...todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios... (Rom. 14, 10).
...es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo,... (2 Cor. 5, 10).
-La identidad del Espíritu de Dios y el de Cristo.
...ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece;... (Rom. 8, 9).
-La identidad del nombre «Señor»
...todo el que invoque el nombre de Yahvéh será salvado,... (Jl. 3, 5).
Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Hch. 2, 21).
Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Rom. 10, 13).
-Todas las prerrogativas de la divinidad le cuadran al Hijo lo mismo que al Padre.
a) -La eternidad.
...él (Cristo como Dios) existe con anterioridad a todo (Col. 1, 17).
b) -La omnipotencia.
...todo fue creado por él (Cristo) y para él,... (Col. 1, 16).
c) -La consistencia de todas las cosas en él.
...y todo tiene en el (Cristo) su consistencia (Col. 1, 17).
d) -La plenitud de la divinidad.
Porque en él (Cristo) reside toda la Plenitud de la Divinidad... (Col. 2, 9).
e) -La gloria.
...Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 11).
f) -El reino sobre todo principado.
...y cual la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero (Ef. 1, 19-21).
g) -El Reino de Dios.
Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).
h) -El Tribunal de Dios.
En efecto, todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios,... (Rom. 14, 10).
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
i) -El Espíritu.
Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece;... (Rom. 8, 9).
Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestro cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá Padre! (Gál. 4, 6).
-La gloria del Padre y la gloria del Hijo son una misma cosa.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad (Jn. 1, 14).
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto (Jn. 13, 31-32).
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 5).
Aclaración. La gloria misma recibida del Padre por comunicación de identidad en la misma generación eterna.
-El Espíritu Santo es verdadero Dios, tercera persona de la Trinidad, consustancial con el Padre y con el Hijo.
En la Sagrada Escritura consta que el Espíritu Santo es Dios, que es de la misma naturaleza que el Padre y el Hijo y que se le atribuyen atributos y operaciones propias de Dios Padre.
a) -Que el Espíritu Santo es Dios.
Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón hasta inducirte a mentir al Espíritu Santo,...? No has mentido a los hombres, sino a Dios (Hch. 5, 3-4).
b) -Que es de la misma naturaleza que el Padre y el Hijo.
Pues tres son los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en los mismo (1 Jn. 5, 7-8).
Aclaración: El texto de la Vulgata es: «Son tres los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno;... (1 Jn. 5, 7-8).
c) -Que al Espíritu Santo se le atribuyen atributos y operaciones propias de Dios Padre.
1º -Se le atribuyen atributos
-La Inmensidad.
Porque el Espíritu del Señor llena el mundo (Sb. 1.7).
-La Omnisciencia.
Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad completa;... (Jn. 16, 13).
...y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios (1 Cor. 2, 10).
2º -Se le atribuyen operaciones.
-La creación del mundo.
Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra(Sal. 104, 30).
-La infusión de la gracia.
...por que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado... (Rom. 5, 5).
-La Justificación.
...habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).
-Manifestaciones del Espíritu para utilidad de los hombres.
A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común (1 Cor. 12, 7).
-La inspiración de los Profetas.
...porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios (2 Pe. 1, 2).
-El Espíritu Santo es igual al Hijo como el Hijo es igual al Padre.
Cristo describe el origen y la misión del Espíritu Santo con los mismo términos empleados para caracterizar su propia igualdad con el Padre.
Jesús les respondió: «...El Padre y yo somos una sola cosa» (Jn. 10, 30).
«...Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí...» (Jn. 14, 11).
Jesús le respondió: «...Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará y os recordará todo lo que yo os he dicho...» (Jn. 14, 26).
Yo os aseguro: «...Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre» (Jo, 16, 28).
Aclaración. El Espíritu Santo enseñará la Palabra del Hijo que a su vez es el Padre.
Jesús le respondió: «...Y mi Palabra no es mía sino del que me ha enviado...» (Jn. 14, 24).
Por tanto, como Cristo es por el Padre, el Espíritu Santo es por el Padre y por él.
-El Espíritu Santo tiene los mismos atributos de Dios.
a) -La omnisciencia.
...el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios (1 Cor. 2, 10).
...nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios (1 Cor. 2, 11).
b) -La omnipresencia.
¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu,
a dónde de tu rostro podré huir? (Sal. 139, 7).
c) -La omnipotencia.
El soplo de Dios me hizo,
me animó el aliento de Sadday (Job 33, 4).
d) -La potencia activa de Dios.
El espíritu de Yahvéh le invadió, y Sansón sin tener nada en la mano despedazó al león cono se despedaza un cabrito;... (Jue. 14, 6).
...recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
...quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse (Hch. 2, 4).
e) -La inspiración a los hombres.
Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre es el que hablará en vosotros (Mt. 10, 20).
f) -La enseñanza a los hombres.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo entenderá todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).
4. El Misterio Trinitario. Circuminsesión de las tres personas divinas
-Existe la circuminsesión de las tres personas
-Cristo afirma que Él está en Padre y el Padre en él
-Existe una circuminsesión perfecta entre las tres divinas personas.
Circuminsesión es la compenetración mutua, íntima y perfecta de las personas divinas entre sí, sin separación ni confusión.
En virtud de esta cualidad, donde está una de las tres divinas personas, está también las otras dos.
a) -Que el Padre está en el Hijo.
El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).
b) -Que el Hijo está en el Padre.
El Padre está en mí y yo en el Padre (Jn. 10, 38).
c) -Que el Espíritu Santo está en el Padre y en el Hijo.
...y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios (1 Cor. 2, 10-11).
-Jesucristo afirma que él está en el Padre y el Padre en él.
Jesús les respondió: «...y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre» (Jn. 10, 38).
Le dice Jesús: «...¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? (Jn. 14, 10).
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí (Jn. 14, 11).
Así hablo Jesús, y... dijo: «...Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti,...» (Jn. 17, 1 y 21).
Aclaración. Jesús afirma la inmanencia total del Padre y del Hijo y la unidad perfecta de operaciones.
5. El Misterio Trinitario. Operación «ad extra» comunes a las tres personas divinas
-Las operaciones «ad extra» son comunes a las tres divinas personas
-Por apropiación el poder se atribuye al Padre, la Sabiduría al Hijo y la bondad al Espíritu Santo
-Las operaciones de Dios «ad extra» son comunes a las tres divinas personas.
Operaciones de Dios «ad extra» son aquellas cuyo término está fuera de Dios, como la creación, la gobernación, la santificación, etc.
...lo que hace él (El Padre), eso también lo hace igualmente el Hijo (Jn. 5, 19).
Aclaración. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un sólo Dios, una sola naturaleza y, por tanto, un sólo principio de operación.
-El poder se atribuye al Padre, la sabiduría al Hijo y la bondad al Espíritu Santo.
Apropiación es un modo de hablar fundado en que, cada una de ciertas operaciones comunes a las tres divinas personas, se atribuyen a cada persona de la Trinidad con preferencia a las otras dos.
a) -El poder se atribuye al Padre.
Y decía: «Abbá, Padre; todo es posible para ti;...» (Mc. 14. 36).
b) -La sabiduría se atribuye al Hijo.
...nosotros predicamos a un Cristo crucificado ...sabiduría de Dios (1 Cor. 1, 24).
c) -La bondad se atribuye al Espíritu Santo.
Por eso mismo...les amonestas despertando la conciencia de sus pecados para que se aparten del mal y crean en ti, Señor (Sab. 12, 2).
6. El Misterio Trinitario. Nociones
-Existen cinco nociones
-Existen cuatro actos nocionales
-Las nociones de las personas divinas son cinco; innascibilidad, paternidad, filiación, espiración activa y espiración pasiva.
En la Teología Trinitaria, nociones son aquellas notas características por las cuales conocemos y distinguemos a las tres personas divinas.
a) -Al Padre le pertenece:
-La Innascibilidad, porque no procede de nadie.
Antes que los montes fuesen y fuesen producidos la tierra y el orbe, eres tú desde la eternidad hasta la eternidad (Sal. 89, 2).
No hay más que un Dios Padre, de quien todo procede y para quien somos nosotros (1 Cor. 8, 6).
- La Paternidad, porque todo procede de Él.
Yo estoy en el Padre y el Padre en mí (Jn. 14, 11).
Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios (Jn. 20, 17).
No hay más que un Dios Padre, de quien todo procede y para quien somos nosotros (1 Cor. 8, 6).
b) -Al Hijo le pertenece:
-La Filiación, porque es engendrado por el Padre.
Yahvéh me ha dicho: «Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado yo» (Sal. 2, 8).
Y esta comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo (1 Jn. 1, 3).
¿Y quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn. 5, 5).
c) -Al Espíritu Santo le pertenece:
-La Espiración pasiva o procesión,
-Porque procede del Padre,
El Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
-Porque procede del Hijo,
Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros. todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14-15).
Aclaración. Recibirá de lo mío, es decir de mi ciencia que os comunicará a vosotros y está identificada con mi ser, por tanto, tomará de mi ser, es decir, procede de Mí, (del Hijo).
d) -Al Padre y al Hijo le pertenece:
-La Espiración activa,
-Porque son principio «a quo» del Espíritu Santo.
-El Padre es principio,
El Espíritu de verdad que procede del Padre, él os dará testimonio de mí (Jo, 15, 26).
-El Hijo es principio,
El (Espíritu de Verdad) me dará gloria, porque recibirá de lo mío (del Hijo) y os lo comunicará a vosotros. Todo lo que os lo comunicará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14-15).
Aclaración. La Sagrada Escritura no habla de las nociones de una manera formal y explícita, pero las enseña de modo implícito al revelarnos la existencia de tres personas distintas en un solo Dios verdadero.
-Existen en Dios cuatro actos nocionales: engendrar, ser engendrado, espirar y ser espirado.
a) -Engendrar. Es propio del Padre.
...y todo el que ama a Aquel que da el ser ama también al que ha nacido de Él (1 Jn. 5, 1).
b) -Ser engendrado. Es propio del Hijo.
...y todo el que ama a Aquel que da el ser ama también al que ha nacido de Él (1 Jn. 5, 1).
c) -Espirar. Es propio del Padre y del Hijo.
-Propio del Padre.
El Espíritu de verdad que procede del Padre, él os dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
-Propio del Hijo.
Él (Espíritu de verdad) me dará gloria, porque recibirá de lo mío (del Hijo) y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14).
d) -Ser espirado. Propio del Espíritu Santo.
El Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
Él (Espíritu de Verdad) me dará gloria, porque recibirá de lo mío (del Hijo) y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14).
7. El Misterio Trinitario. Procesiones
a) Procesión del Hijo
-Existencia de las procesiones «ad intra» y «ad extra»
-Son inmanentes y eternas
-El Padre es el principio de las procesiones divinas
-Sólo el Padre no procede
-El Hijo procede del Padre
-Cristo como Dios procede del Padre
-El Hijo procede del Padre pro generación
-El Verbo procede del conocimiento de la esencia de Dios, de los atributos, de las personas y de las criaturas
-La procesión del Hijo tiene razón de generación
b) Procesión del Espíritu Santo
-Procede del Padre y del Hijo como de un solo principio
-No es por generación sino por vía de amor
-No por generación divina sino eternamente
-Existen procesiones en Dios; dos inmanentes o «ad intra» y otras transeúntes o «ad extra».
Definiciones; Triple acepción:
a) -Es un movimiento local progresivo relativo a cosas corporales.
Ej. Procesión de imágenes.
b) -Es una emanación u origen de una cosa con relación a otra que es su causa o principio.
Ej. El rayo de luz procede del foco luminoso que lo produce.
c) -Es la producción de un efecto o término de la procesión sin desplazamiento local.
Ej. La idea, el juicio o el raciocinio permanecen dentro de la inteligencia misma que los produce.
Divisiones: 1º
a) -Activas, que aluden a la operación del agente,
b) -Pasivas, que se refieren al término de la operación.
2º
a) -Inmanentes o «ad intra» son aquellas en las que el efecto o término de la procesión permanece dentro de la causa o principio de origen, sin desplazamiento local.
b) -Transeúntes o «ad extra» son aquellas en las cuales el efecto o término de la procesión se desplaza fuera de su causa o principio de origen.
a) -Las dos procesiones inmanentes o «ad intra» son:
-La procesión del Padre al Hijo.
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn. 1, 18).
...porque yo he salido y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino que él me ha enviado (Jn. 8, 42).
-La procesión del Padre y del Hijo al Espíritu Santo.
-Del Padre,
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de verdad, que procede del Padre... (Jn. 15, 26).
-Del Hijo,
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad,...Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 13-14).
Aclaración. Recibirá de lo mío, es decir, de mi ciencia que os comunicaré a vosotros y está identificada con mi ser, por tanto, tomará de mi ser, es decir, procede de Mí (del Hijo).
Aclaración. las procesiones inmanentes o «ad intra» se han de entender como una emanación inteligible que permanece dentro, consustancial e identificada con el mismo Dios.
b) -Las procesiones transeúntes o «ad extra» están constituidas en Dios por la producción de los seres de la nada, que es operación de su omnipotencia.
Porque el Señor lo hizo todo,
y dio a los piadosos la sabiduría (Si. 43, 33).
Yo soy Yahvéh, el que lo ha hecho todo (Is. 44, 24).
He aquí que tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y tenso brazo;... (Jer. 32, 17).
-Las procesiones divinas son inmanentes y eternas.
a) -Son inmanentes, es decir, que la persona que procede permanece en la misma de la que procede.
...el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn. 1, 18).
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí (Jn. 14, 11).
b) -Son eternas, es decir, que su existencia carece de principio y de fin.
Mas tú, Belén- Efratá, ...de ti me ha de salir aquel se ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño (Mich. 5, 1).
Aclaración. «Días de antaño» significa «días de la eternidad».
-El Padre es principio sin principio de las procesiones divinas.
a) -El Padre es principio del Hijo
...y todo el que ama a Aquel que da el ser ama también al que ha nacido de Él (1 Jn. 5, 1).
b) -El Padre es principio del Espíritu Santo.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre,... (Jn. 15, 26).
Aclaración. El Padre es principio del Hijo y del Espíritu Santo, por tanto, ninguno de los dos son principio de Él; Es principio sin principio de las procesiones divinas.
-Sólo el Padre no procede.
Demostrado que el Hijo procede del Padre, ...porque yo he salido y vengo de Dios;... (Jn. 8, 42).
y que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo,
-del Padre,
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de verdad, que procede del Padre... (Jn.15, 26).
-del Hijo,
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad,...Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 13-14).
Es evidente que el Padre no procede de ninguno de los dos, por consiguiente, sólo el Padre no procede.
-El Hijo procede del Padre.
Jesús respondió: «...porque yo he salido y vengo de Dios;...» (Jn. 8, 42.)
Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: «...habéis creído que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo...»
Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro, y no dices parábolas. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios» (Jn. 16, 19 y 27-30).
-Jesucristo como Dios procede del Padre.
a) -Así lo afirma él mismo:
«...Salí del Padre y he venido al mundo...» (Jn. 16, 28).
«...ellos han aceptado verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado...» (Jn. 17, 8).
b) -Así lo reconocen sus discípulos.
«...Por eso creemos que ha venido de Dios» (Jn. 16, 30).
-El Hijo procede del Padre por verdadera generación divina
Voy a anunciar el decreto de Yahvéh: él me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy...» (Sal. 2, 7).
Aclaración. La generación divina es eterna, inmaterial, comunicación perfectísima de la naturaleza, no por escisión de la sustancia, y de tal modo que la naturaleza del Hijo no es nueva ni distinta de la naturaleza del Padre.
-El Verbo de Dios procede del conocimiento de la esencia divina, de los atributos, de las personas y de las criaturas posibles.
Él es imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas,... (Col. 1, 15-16).
Aclaración. La esencia de los atributos, de las personas y de las criaturas posibles, están identificados con la esencia divina.
-La procesión del Hijo tiene razón de verdadera y propia generación.
Voy a anunciar el decreto de Yahvéh: él me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy (Sal. 2, 7).
b) Procesión del Espíritu Santo
-El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de un sólo principio.
a) -Procede del Padre.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí (Jn. 15, 26).
b) -Procede del Hijo.
Él -Espíritu- me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 14).
c) -Como de un sólo principio.
«...el Padre y yo somos una sola cosa» (Jn. 10, 30).
Aclaración. Existe una identidad sustancial entre el Padre y el Hijo, por tanto, constituyen un sólo principio de producción del Espíritu Santo.
-La procesión del Espíritu Santo no es por generación, sino por vía de amor.
a) -El Hijo es engendrado.
Voy a anunciar del decreto de Yahvéh:
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy (Sal. 2, 7).
b) -El Hijo es único.
...el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn. 1, 18).
Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único,... (Jn. 3, 16).
c) -Luego el Espíritu Santo no es engendrado; su procesión no es por vía de generación.
Aclaración. El entendimiento se pone en acción cuando el objeto entendido está presente y la voluntad cuando existe tendencia hacia lo que quiere o ama, y esto es como un impulso vital semejante al de aquél que es movido por amor a realizar alguna cosa. Este impulso no procede como engendrado, como hijo, sino por amor, que radica siempre de la voluntad y nunca del entendimiento. Luego el Espíritu Santo procede por vía de amor, no de generación.
El Espíritu Santo procede del amor con el cual el Padre y el Hijo se aman. El Padre y el Hijo aman con el amor de todas las cosas que son necesarias y formalmente en Dios.
-El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, pero no por generación divina, sino eternamente.
a) -Que procede del Padre.
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él (Mt. 3, 16).
Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se quedaba sobre él...» (Jn. 1, 32).
b) -Que procede del Hijo.
la prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestro corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre! (Gál. 4, 6).
8. El Misterio Trinitario. Relaciones
-Existencia
-Identificación con la esencia
-Existen cuatro relaciones divinas intratinitarias: paternidad, filiación, espiración activa y espiración pasiva.
Relación es el orden que una cosa tiene con respecto a otra.
Se divide en real, de razón o mixta.
a) -Real.
El orden de una cosa causado por la misma naturaleza de ambas, independientemente de nuestro entendimiento.
Ej. La del padre y la de su hijo.
b) -De razón.
El orden que el entendimiento establece entre dos cosas sin que estén relacionadas por sí mismas ni por su misma naturaleza.
Ej. El ramo de vid colocado en la puerta de una tienda y el vino que en ella se vende.
c) -Mixta. Es aquella en la que uno de los dos extremos se ordena al otro por su propia naturaleza, pero éste otro se ordena a aquel sólo por nuestro entendimiento.
Ej. Dios y las cosas creadas. Hay relación real por parte de las criaturas, pero de razón por parte de Dios.
Los elementos de la relación son tres: el sujeto, el término y el fundamento.
Ej. Sujeto el padre, término el hijo y fundamento la generación.
a) -Existen dos procesiones divinas:
-La generación del Hijo,
Voy a anunciar el decreto de Yahvéh: él me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy...» (Sal. 2, 7).
Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único,... (Jn. 3, 16).
-La procesión del Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo.
-Que procede del Padre,
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de verdad, que procede del Padre... (Jn. 15, 26).
-Y del Hijo,
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad,... Él me dará gloria, porque recibirá de los mío y os lo comunicará a vosotros (Jn. 16, 13-14).
b) -Cada una de estas dos procesiones da origen a dos relaciones reales mutuas.
Por tanto, son cuatro las relaciones existentes en Dios:
a) -Del Padre al Hijo, de paternidad.
b) -Del Hijo al Padre, de filiación.
c) -Del Padre y del Hijo al Espíritu Santo, espiración activa.
d) -Del Espíritu Santo al Padre y al Hijo, espiración pasiva.
Aclaración. El Hijo procede del Padre y el Padre es origen del Hijo; el Espíritu espirado procede de quien lo espira, el Espirador da origen al espirado. Por tanto, la Paternidad existe en el Padre; la Filiación en el Hijo; en el Padre y en el Hijo la expiración activa; en el Espíritu Santo la expiración pasiva. Estas relaciones son las que distinguen a las personas divinas. Si es engendrada, es el Hijo; si es aspirada, es el Espíritu Santo; si es engendradora es el Padre.
-Las relaciones divinas intratinitarias se identifican con la esencia, y se distinguen de ella solamente con distinción de razón.
Si las relaciones divinas constituidas por las personas, se distinguieran realmente de la esencia divina, habría cuaternidad en Dios, es decir, las tres personas y la esencia distinta de ellas.
Pero en Dios sólo hay tres personas.
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,... (Mt. 28, 19).
El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios (Lc. 1, 35).
Por tanto las tres Personas no se distinguen de la esencia con distinción real, pues están identificadas con la esencia, sino con distinción de razón porque tal distinción está establecida solamente por el entendimiento.
9. El Misterio Trinitario. Misiones
-Existencia
-Se dividen en visibles e invisibles
-Cuando una es enviada, otra también es enviada con ella
-El Padre no es enviado, pero se manifestó con voz sensible
-Las Misiones visibles se otorgan a los fieles para su provecho común.
-Las personas divinas no pueden ser enviadas sino por los dones de la gracia
-Existen misiones en las personas divinas.
Misión es la procedencia de una persona de otra y su destino a producir algún efecto en las criaturas.
Sólo el Padre no es enviado; el Hijo y el Espíritu Santo sí son enviados.
a) -El Padre envía al Hijo.
Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn. 3, 17).
Aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios,... (Jn. 3, 34).
El que no honra al Hijo no honra la Padre que le ha enviado (Jn. 5, 23).
En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna... (Jn. 5, 24).
Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre... (Jn. 6, 57).
...porque no estoy yo sólo, sino yo y el que me ha enviado (Jn. 8, 16).
b) -El Padre envía al Espíritu Santo.
Pero El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo... (Jn. 14, 26).
c) -El Hijo envía al Espíritu Santo.
Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre,... (Jn. 15, 26).
...si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré de junto al Padre,... (Jn. 16, 17).
Aclaración. Las personas divinas están en todas partes y, por tanto, su envío no supone desplazamiento local, sino que reciben la misión de producir determinado efecto en determinado lugar.
-Las Misiones de las personas divinas son: unas visibles y otras invisibles.
a) Misiones visibles son las que se realizan con especies sensibles.
-Misión del Hijo.
El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;... (Lc. 2, 10).
-Misión del Espíritu Santo.
Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él (Mt. 3, 16).
y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se quedada sobre él (Jn. 1, 32).
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividiéndose se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les concedía expresarse (Hch. 2, 3-4).
b) -Misiones invisibles son la procedencia de una persona divina de otra y su inhabitación en el alma de la criatura racional por la gracia.
-Misión del Padre y del Hijo.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre la amará y vendremos a él y haremos morada en él (Jn. 14, 23).
-Misión del Espíritu Santo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo que está en vosotros y habéis recibido de Dios...? (1 Cor. 6, 19).
-Cuando una de las tres personas divinas es enviada otra es también enviada con ella.
...porque no estoy sólo, sino yo y el que me ha enviado (Jn. 8, 16).
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en el...» (Jn. 14, 23).
-El Padre no es enviado propiamente, pero se manifestó con voz sensible.
a) -En el bautismo de Jesús.
Y una voz que venía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt. 3, 17).
b) -En la Transfiguración de Jesús.
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y salió de la nube una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» Al oír esto los discípulos cayeron rostros en tierra llenos de miedo (Mt. 15, 5-6).
-Las Misiones visibles se otorgan a los fieles para su provecho común.
A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, carisma de curaciones, en el único Espíritu; a otro, proceder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obras un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad (1 Cor. 12, 7-11).
-Las personas divinas no pueden ser enviadas invisiblemente sino por los dones de la gracia santificante.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn. 14, 23).
...porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).
...porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario (1 Cor. 3, 17).
Aclaración. Ningún efecto puede ser la razón de que Dios habite en el alma del justo, como en un templo, más que la gracia santificante.
10. El Misterio Trinitario. La Inhabitación
-La generación divina en nosotros se asemeja con la generación eterna del Hijo en el seno del Padre
-Las tres personas divinas inhabitan en el alma del justo
-Dios, en su trinidad, esta en cada uno de los hombres
-El Espíritu Santo recibido por la fe y por el bautismo habita en el espíritu y en el cuerpo del cristiano
-El Espíritu Santo habita en las almas de los justos
-Nuestra unión con Dios por la inhabitación es semejante a los de las tres divinas personas
-Las inhabitación es para hacernos participantes de su vida, para ser objeto de amor y motor de nuestras acciones
-La generación divina en nosotros tiene alguna semejanza con la generación eterna del Hijo el Verbo en el seno del Padre.
Como tú, Padre en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tu me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno,... (Jn. 17, 21-23).
Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él (1 Jn. 4, 16).
-Las tres divinas personas inhabitan en el alma del justo.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23).
¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Cor. 3, 16).
...el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario (1 Cor. 3, 17).
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros...? (1 Cor. 6, 19).
Porque nosotros somos santuario de Dios vivo... (2 Cor. 6, 16).
Conserva el buen depósito mediante el Espíritu santo que habita en nosotros (2 Tim. 1, 14).
Aclaración. Esta inhabitación consiste formalmente en una unión física y amistosa entre Dios y el hombre realizada por la gracia, en virtud de la cual Dios, uno y trino, se da al alma y está presente en ella personal y sustancialmente haciéndola participante de su vida divina.
-Dios, en la Trinidad de sus personas, esta en cada uno de los hombres.
a) -Dios Padre.
¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Cor. 3, 16).
...el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario (1 Cor. 3, 17).
Porque nosotros somos santuario de Dios vivo,... (2 Cor. 6, 16).
b) -Dios Hijo.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23).
c) -Dios Espíritu Santo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros...? (1 Cor. 6, 19).
-El Espíritu Santo recibido por la fe y por el Bautismo habita en el Cristiano en su espíritu y en su cuerpo.
a) -Recibido por la fe.
Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la Ley o por la fe en la predicación? (Gál. 3, 2).
...a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa (Gál. 3, 14).
b) -Recibido por el Bautismo.
Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).
...él nos salvó...por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que él derramó sobre nosotros... (Tit. 3, 5-6).
c) -Habita en el cristiano.
...ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros (Rom. 8, 9).
¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Cor. 3, 16).
Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en vosotros (2 Tim. 1, 14).
d) -En su espíritu.
El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (Rom. 8, 16).
e) -En su cuerpo.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios,...? (1 Cor. 6, 19).
-El Espíritu Santo habita en las almas de los justos.
El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios.
¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Cor. 3, 16).
-Nuestra unión con Dios por la inhabitación es semejante a la unión que existe entre las tres divinas personas.
Como tú, Padre en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros... (Jn. 17, 21).
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno... (Jn. 17, 22).
Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él (1 Jn. 4, 16).
-La Santísima Trinidad inhabita en nuestras almas para hacernos participantes de su íntima vida divina y para constituirse en objeto fruitivo de amor y para ser motor y regla de nuestras acciones.
a) -Para hacernos participantes de su vida.
Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn. 10, 10).
...y, vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí (Ga. 2, 20).
...Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él (1 Jn. 4, 9).
b) -Para constituirse en objeto fruitivo de amor.
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23).
Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él (1 Jn. 4, 16).
c) -Para hacernos motor y regla de nuestras acciones.
...Y vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí (Gál. 2, 20).
Aclaración. El predominio de Cristo sobre el alma del justo es tanto, que llega a constituirse motor y regla de sus acciones.