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Tratado XVI. Soteriología

1. Cristo Salvador. Significados

2. Cristo Salvador. Autor de la salvación

3. Cristo Salvador. La misión de salvar

4. Cristo Salvador. Los beneficiarios

5. Cristo Salvador. La salvación

6. Cristo Redentor. Su significado

7. Cristo Redentor. La Redención

8. Cristo Redentor. Bienes

9. Cristo Redentor. Universalidad

10. Pasión de Cristo. Prefiguración y profecías

11. Pasión de Cristo. Necesidad

12. Pasión de Cristo. Tormentas

13. Pasión de Cristo. Causas

14. Pasión de Cristo. Efectos

15. Pasión de Cristo. Aplicación de los efectos

16. Pasión de Cristo. Fines

17. Pasión de Cristo. Otras características

18. Cristo víctima. Satisfacción universal

19. Cristo víctima. Sacrificio único

20. Cristo víctima. Satisfacción vicaria

21. Cristo víctima. Méritos para los hombres

22. Cristo víctima. Méritos para sí y para los ángeles

23. Muerte de Cristo: Prefiguración profecías

24. Muerte de Cristo: Muestras

25. Muerte de Cristo: Sacrificio

26. Muerte de Cristo: Causas

27. Muerte de Cristo: Efectos

28. Resurrección de Cristo: Premio

29. Resurrección de Cristo: Profecías

30. Resurrección de Cristo: Autor

31. Resurrección de Cristo: Necesidad

32. Resurrección de Cristo: Testimonios

33. Resurrección de Cristo: Cualidades de su cuerpo

34. Resurrección de Cristo: Otras características

35. Ascensión de Cristo: Prefiguración y profecías

36. Ascensión de Cristo: Ascensión

37. Ascensión de Cristo: Conveniencia. Beneficios

38. Ascensión de Cristo: Fines

39. Entrada de Cristo en el cielo

40. Cristo sentado a la derecha del Padre

41. Cristo Mediador

42. Cristo Mediador: Fines

43. Cristo intercesor

44. Cristo Dueño y Señor

45. Cristo Rey: Profecías

46. Cristo Rey: Elegido por el Padre

47. Cristo Rey: Reino

48. Cristo Rey: Características

49. Cristo Rey: Potestad

50. Cristo en el cielo. Modos de presencia

51. Misterios de Cristo

52. El corazón de Cristo

53. Cristo-Adoración

54. Nuestra incorporación a Cristo

1. Jesucristo Salvador. Significados

-La palabra «Salvador» es exclusiva para expresar la obra de la Salvación

-Incluye la vida divina de su cuerpo

-Tiene un significado divino

-Y mesiánico

-Entraña la potencia santificadora de la salvación de Jesucristo

-Desmaterializa nuestra aspiraciones

-Tiene una fuerza escatológica

-La palabra «Salvador» es exclusiva para expresar la obra de la Salvación.

Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por quién ha sido éste curado, sabed todos vosotros y todos el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo Nazareno,...; por su nombre y no por ningún otro se presenta éste aquí sano delante de vosotros...Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos» (Hch. 4, 8-10 y 12).

Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: «Si no os circundáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros» (Hch. 15, 1).

-La Palabra «Salvador» incluye la vida divina de su cuerpo.

...porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo (Ef. 5, 23).

-La Palabra «Salvador» tiene un significado divino.

El ángel les dijo: «...os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;...» (Lc. 2, 11).

...se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos enseña a que,...vivamos con sensatez, justicia y piedad,...aguardando la feliz esperanza y manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;... (Tit. 2, 11-13).

Simeón Pedro,...a los que por justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como a nosotros (2 Pe. 1, 1).

-La Palabra «Salvador» tiene un significado mesiánico.

El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor» (Lc. 2, 10-11).

...Simeón...le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra,

dejar que tu siervo se vaya en paz,

porque han visto tus ojos tu salvación,

la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

luz para iluminar a los gentiles

y gloria de tu pueblo Israel» (Lc. 2, 29-32).

Y todos verán la salvación de Dios (Lc. 3, 6).

De la descendencia de éste (David), Dios, según su promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús (Hch. 13, 23).

-La Palabra «Salvador» entraña la potencia santificadora de la salvación de Jesucristo.

...el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu esposa, porque lo concebido en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo a quién pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus esposos (Mt. 1, 20-21).

A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados (Hch. 5, 31).

...él -Dios nuestro Salvador- nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia,...por medio de Jesucristo nuestro Salvador,... (Tit. 3, 5-6).

-La Palabra «Salvador» tiene una fuerza que desmaterializa nuestras aspiraciones.

...del Señor Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,... (Gál. 1, 4).

-La Palabra «Salvador» tiene una fuerza escatológica y celeste.

Porque nuestra salvación es objeto de esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? (Rom. 8, 24).

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas (Fil. 3, 20-21).

...ayudado por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús, y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio... (2 Tim. 1, 9-10).

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación,... (1 Pe. 1, 3-5).

2. Jesucristo Salvador. Autor de la Salvación

-Dios es la fuerza salvadora de los hombres

-A Dios le llaman Salvador los profetas del A. T. La Virgen y S. Pablo

-Sólo Jesucristo puede ser, el autor de la salvación

-Jesucristo es llamado «Salvador»

-El nombre de Jesús (Dios salva) fue impuesto al Verbo encarnador por su misión de Salvar a su pueblo

-Dios es la salud y la fuerza salvadora de todos los hombres.

«Salud» en lenguaje bíblico es: paz, quietud, bendición, gozo, galardón, victoria, gloria celeste, vida eterna, aleluya triunfal.

Yahvéh, mi roca y mi baluarte,

mi libertador, mi Dios;

la peña en que me amparo,

mi escudo y cuerno de mi salvación,

mi altura inexpugnable y mi refugio (Sal. 18, 3).

Hazme justicia, oh Yahvéh,

pues yo camino en mi entereza,

me apoyo en Yahvéh y no vacilo (Sal. 26, 1).

Ataca, oh Yahvéh, a los que me atacan,

combate a quienes me combaten;

embraza el escudo y el pavés,

y álzate en mi socorro;

blande la lanza y la pica

contra mis perseguidores.

Di a mi alma: «Yo soy tu salvación» (Sal. 35, 1-3).

¡Date prisa a auxiliarme,

Señor de mi salvación! (Sal. 38, 23).

Venid, cantemos gozosos a Yahvéh,

aclamemos a la Roca de nuestra salvación; (Sal. 95, 1).

Oh Yahvéh, Señor mío, fuerza de mi salvación,... (Sal. 140, 8).

He aquí a Dios mi salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahvéh es mi fuerza y mi canción, él es mi salvación (Is. 12, 2).

...rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca, su salvación (Deut. 32, 15).

Aclaración. «Roca» es una alusión a la roca de la que brotó el agua en el desierto.

Respondió Yahvéh a Moisés: «Preséntate al pueblo,...lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el Río y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo» (Ex. 17, 5-6).

-A Dios le llaman Salvador los Profetas del Antiguo Testamento, la Virgen María y San Pablo.

a) -Los Profetas del Antiguo Testamento. Guíame en tu verdad, enséñame,

que eres tú el Dios de mi salvación,... (Sal. 25, 5).

tú nos responderás con prodigios de justicia,

Dios de nuestra salvación,... (Sal. 65, 6).

Porque yo soy Yahvéh tu Dios,

el Santo de Israel, tu salvador (Is. 43, 3).

Decid a la hija de Sión:

«Mira que viene tu salvador;...» (Is. 62, 11).

¡Mas yo en Yahvéh exultaré,

jubilaré en el Dios de mi salvación! (Ha. 3, 18).

b) -La Virgen María.

Y dijo María:

«Engrandece mi alma al Señor

y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador...» (Lc. 1, 46-47).

c) -San Pablo.

Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-Sólo Jesucristo puede ser el autor de la salvación de los hombres.

Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Yahvéh será salvo,... (Jl. 3, 5).

Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Hch. 2, 21).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).

Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Rom. 10, 13).

Aclaración. El nombre de Jesús significa «Dios salva».

Dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt. 1, 21).

«Jesús» (hebreo Yehosua) quiere decir «Yahvé salva»

-Jesucristo es llamado «Salvador».

«Salvador» significa,

a) -Agente o instrumento de salud divina.

Ahora, Señor, puedes según tu palabra,

dejar que tu siervo se vaya en paz,

porque han visto mis ojos su salvación,

la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

luz para iluminar a los gentiles

y gloria de tu pueblo Israel» (Lc. 2, 29-32).

b) -Autor de la salud.

Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación (Hebr. 2, 10).

Aclaración. La muerte de Cristo, hace perfecto a Cristo, en cuanto Salvador, en cumplimiento de la voluntad del Padre.

c) -Causa de salud eterna.

...y llegando a la perfección, se convirtió en causas de salvación eterna para todos los que le obedecen,... (Hebr. 5, 9).

d) -Salvador del mundo.

...porque la salvación viene de los judíos (Jn. 4, 22).

Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo (1 Jn. 4, 14).

e) -Fuerza que libera de los enemigos.

Bendito el Señor Dios de Israel

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

y nos ha suscitado una fuerza salvadora

en la casa David, su siervo,... (Lc. 1, 68-69).

-El nombre de Jesús -Yehoshua (Dios salva)- fue impuesto al Verbo encarnado por su misión de salvar a su pueblo de sus pecados.

...el Ángel del Señor...le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu esposa, porque los concebido en ella vienen del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1, 21).

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús (Lc. 1, 31).

3. Jesucristo Salvador. La misión de salvar

-Profetizada en el A. T.

-Hizo presente en el mundo la salvación de los hombres

-Libró a los hombres del pecado de la muerte, de la esclavitud y de sus enemigos

-La salvación completa está expresada indicando la curación como metáfora

-La misión de Jesucristo en el mundo de salvar a los pecadores está profetizada en el Antiguo Testamento.

Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida y sanaré a la enferma; pero exterminará a la que está gorda y robusta.

Las pastorearé con justicia (Ez. 34, 16).

-Jesucristo hizo presente en el mundo la salvación de los hombres.

a) -Profetizado por Isaías.

Así dice Yahvéh: En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto te asistiré (Is. 49, 8).

b) -Afirmado por San Pablo.

Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Pues dice él: «En tiempo favorable te escuché y en el día de la salvación te ayudé. ¡Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el día de la salvación (2 Cor. 6, 1-2).

-Jesucristo libró a los hombres con su salvación del pecado, de la muerte, de la esclavitud y de los enemigos que los odian.

a) -Del pecado.

Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que con saco y ceniza se habrían convertido (Mt. 11, 20-21).

b) -De la muerte.

Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! (Rom. 5, 10).

c) -De la esclavitud.

Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos -por Cristo- en el tiempo oportuno (Hebr. 4, 16).

d) -De los enemigos.

Zacarías, su padre, quedó llenó del Espíritu Santo, y profetizó diciendo:

Bendito el Señor Dios de Israel

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

y nos ha suscitado una fuerza salvadora

en la casa David, su siervo,

como había prometido desde tiempos antiguos,

por boca de sus santos profetas,

que nos salvaría de nuestros enemigos

y de las manos de todos los que nos odiaban

haciendo misericordia a nuestros padres

y recordando su santa alianza

y el juramento que juró

a Abraham nuestro padre,

de concedernos que, libres de manos enemigas,

podamos servirle sin temor

en santidad y justicia

delante de él todos nuestros días (Lc. 1, 67-75).

-La salvación completa y perfecta está expresada indicando la curación como metáfora.

...la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará. Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo (Is. 35, 4-6).

Sus caminos vi. Yo le curaré y le consolaré, y le daré ánimos a él y a los que con él lloraban,... (Is. 57, 18).

...me ha ungido Yahvéh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos;... (Is. 61, 1).

Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré -oráculo de Yahvéh- (Jer. 30, 17).

He aquí que yo les aporto su alivio y su medicina. Los curaré y les descubriré una corona de paz y seguridad (Jer. 33, 6).

4. Jesucristo Salvador. Los beneficiarios

-Todos los hombres

-Prolonga su autoridad salvífica en la persona de sus apóstoles y sus sucesores

-Dios llama a todos a la Santidad

-Cristo llama a todos a la santidad

-Todos los cristianos llamados a la Santidad

-Todo esto ordenado a su gloria y a la del Padre

-Los Beneficiarios de la salvación de Jesucristo son todos los hombres.

...el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel, durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo,... (Rom. 11, 25).

Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-Jesucristo prolonga su autoridad salvífica en la persona de sus apóstoles y de sus sucesores.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado...» (Mt. 28, 18-20).

-Dios llama a todos los hombres a la Santidad.

Porque yo soy Yahvéh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo (Lev. 11, 44).

Sed santos, porque yo, Yahvéh, vuestro Dios, soy santo (Lev. 19, 2).

Santificaos y sed santos; porque yo soy Yahvéh, vuestro Dios (Lev. 20, 7).

...pues santo soy yo, Yahvéh, el que os santificó (Lev. 21, 8).

Yo soy Yahvéh, el que os santifica,... (Lev. 22, 32).

Aclaración. No es posible igualar a Dios en santidad, pero sí tomarlo como modelo y norma y esforzarnos en imitarle.

-Jesucristo llama a todos los hombres a la santidad.

Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt. 5, 48).

Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso (Lc. 6, 35).

-Todos los fieles cristianos están llamados a la Santidad.

Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo (1 Cor. 11, 1).

...Dios os ha escogido desde el principio para la salvación mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad (2 Tes. 2, 13).

Para esto os ha llamado por medio de nuestro Evangelio, para que consigáis la gloria de nuestro Señor Jesucristo (2 Tes. 2, 14).

Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación;... (1 Tes. 4, 3).

...pero la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear (Sant. 1, 4).

-La función de Jesucristo como salvador de salvar a todos los hombres esta ordenada a su misma gloria y, a través de Él, a la gloria del Padre.

Todas las cosas son vuestras, ya Pablo, ya Apolo, ya Cofas, ya el mundo, ya la vida, ya la muerte, ya lo presente, ya lo venidero, todo es vuestro; pero vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios (1 Cor. 3, 22-23).

5. Jesucristo Salvador. La salvación

-Dios dispuso «ab aeterno» realizar su plan de salvación

-Y los tiempos de cada una de sus fases

-Profetizada en el A. T.

-Profetizada sus victoria sobre Satanás

-Cumplidas las profecías en el N. T.

-La «Plenitud de los tiempos» designa la llegada de los tiempos mesiánicos

-Dios es la salvación en sí y en la acción

-La salvación se atribuye sólo a Dios

-Dios se atribuye a sí mismo la obra de la salvación de los hombres

-La salvación de los hombres procede de los judíos

-Dios ha dispuesto «Ab aeterno» realizar su plan de salvación a lo largo de toda la historia.

...mas el plan de Yahvéh subsiste para siempre, los proyectos de su corazón por todas las edades (Sal. 33, 11).

Yo digo: mis planes se realizarán y todos mis deseos llevaré a cabo (Is. 46, 10).

-Dios ha dispuesto «Ab aeterno» los tiempos de cada una de las fases de su Plan de salvación.

a) -Mantenido en secreto desde toda la eternidad.

...un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente,... (Rom. 16, 25).

...una sabiduría de Dios misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra,... (1 Cor. 2, 7).

...por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;... (Ef. 1, 4).

...y esclarecer cómo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas, para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia, conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor Nuestro,... (Ef. 3, 9-11).

...Misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos, (Col. 1, 26).

...que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús, y que ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador... (2 Tim. 1, 9-10).

b) -Fase de preparación.

De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas,... (Hebr. 1, 1).

...procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancia se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguirían (1 Pe. 1, 11).

c) -Fase de la espectación.

Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en el que va a juzgar al mundo según justicia,... (Hch. 17, 30-31).

...el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús (Rom. 3, 26).

d) -Fase de la plenitud de los tiempos.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallan bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva (Gál. 4, 4-5).

e) -Fase de la venida.

...el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús (Rom. 3, 26).

f) -Fase hasta la Parusía.

Pues dice él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé. ¡Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el día de salvación (2 Cor. 6, 2).

g) -Fase de los últimos días.

El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas,... (1 Tim. 4, 1).

h) -Fase del día escatológico.

Él os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo (1 Cor. 1, 8).

i) -Fase última durante el Juicio Final.

...la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles y a la injusticia: cólera e indignación (Rom. 2, 6-8).

-La Salvación mesiánica fue protefizada en el Antiguo Testamento.

Anunciad su salvación día tras día,

contad su gloria a las naciones,

a todos los pueblos sus maravillas (Sal. 96, 2-3).

Yahvéh ha dado a conocer su salvación,

a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; (Sal. 98, 2).

He aquí a Dios mi salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahvéh es mi fuerza y mi canción, él es mi salvación (Is. 12, 2).

Israel será salvado por Yahvéh, con salvación perpetua (Is. 45, 17).

-Dios profetizó la victoria final de su descendencia sobre Satanás.

Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar (Gén. 3, 15).

-Las profecías de la salvación mesiánica del Antiguo Testamento se cumplen y se describen plenamente en el Nuevo Testamento.

a) -Se cumplen.

...el Ángel del Señor...le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu esposa, porque lo concebido en ella vienen del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1, 20-21).

Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan;...» (Lc. 1, 11-13).

...Simeón...le tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel» (Lc. 2, 28-32).

Pues dice él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé.

¡Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el día de salvación (2 Cor. 6, 2).

En él también vosotros, tras haber oído la palabra de la verdad, la Buena Nueva de vuestra salvación, y creído también el él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,... (Ef. 1, 13).

b) -Se describen.

Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificad para sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 11-14).

Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que él derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna (Tit. 3, 4-7).

-«La plenitud de los tiempos» designa la llegada de los tiempos mesiánicos o escatológicos que dan cumplimiento a una espera larga de siglos e inicio a la era de la salvación.

El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca;... (Mc. 1, 15).

Él les contestó: «A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad,...» (Hch. 1, 7).

Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos (1 Cor. 10, 11).

...dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por cabeza,... (Ef. 1, 9-10).

...y que en el tiempo oportuno ha manifestado su Palabra por la predicación a mí encomendada según el mandato de Dios,... (Tit. 1, 3).

...en últimos tiempo nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo,... (Hebr. 1, 2).

...se ha manifestado ahora una sola vez en la plenitud de los tiempos, para la destrucción de pecado mediante el sacrificio de sí mismo (Hebr. 9, 26).

...Cristo, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de vosotros;... (1 Pe. 1, 20).

-Dios es la salvación en sí misma y en la acción.

a) -En sí misma.

Yahvéh, mi luz y mi salvación,

¿a quién he de temer? (Sal. 27, 1).

...en ti está la fuente de la vida,

y en tu luz vemos tu luz (Sal. 36, 10).

¡Date prisa o auxiliarme,

Señor de mi salvación! (Sal. 38, 23).

Y dirás aquel día:

«Yo te alabo Yahvéh,...

He aquí a Dios mi salvador:

estoy seguro y sin miedo,

pues Yahvéh es mi fuerza y mi canción,

él es mi salvación» (Is. 12, 1-2).

b) -En la acción.

Yahvéh, fuerza de su pueblo,

fortaleza de salvación para su ungido.

Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad,

pastoréalos y llévalos por siempre (Sal. 28, 8-9).

Él, el Dios de Israel,

da poder y fuerza al pueblo (Sal. 68, 36).

Oh Dios, mi rey desde el principio,

autor de la salvación en medio de la tierra,... (Sal. 74, 12).

Se dirá aquel día: «Ahí tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; este es Yahvéh en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación» (Is. 25, 9).

Yahvéh nuestro rey: él nos salvará (Is. 33, 22).

Decid a los de corazón intranquilo:

¡Animo, no temáis! MIirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará (Is. 35, 4).

...y sabrás que yo soy Yahvéh tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob (Is. 60, 16).

-La Salvación mesiánica se atribuye exclusivamente a Dios.

De Yahvéh la salvación (Sal. 3, 9).

¡De Yahvéh la salvación! (Jon. 2, 10).

En Dios sólo el descanso de mi alma,

de él viene mi salvación;

sólo él mi roca, mi salvación,

mi ciudadela, no he de vacilar (Sal. 62, 2-3).

¡bendito sea el Señor día tras día!

El carga con nosotros, Dios de nuestra salvación (Sal. 68, 20).

-Dios se atribuye a sí mismo la obra de la salvación de los hombres.

Yo, yo soy Yahvéh, y fuera de mí no hay salvador (Is. 43, 11).

No hay otro Dios, fuera de mí. Dios justo y salvador, no hay otro fuera de mí. Volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, por que soy Dios, no existe ningún otro (Is. 45, 21-22).

-La salvación de los hombres procede de los judíos.

...porque la salvación viene de los judíos (Jn. 4, 22).

...y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne,... (Rom. 9, 5).

6. Jesucristo Redentor. Su significado

-Su amor a los hombres prefigurado en el A. T.

-El nombre de Cristo le conviene al Redentor

-La palabra significa «Rescatador» del encarcelado

-Designa a Dios como liberador de su pueblo

-Él es el Redentor y fuera de Él no hay salvación

-Deseo realizar toda la obra redentora que el Padre le confió

-Realizó toda la obra

-El Amor de Jesucristo a los hombres fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

El Ángel de Yahvéh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que no se consumía (Ex. 3, 2).

Aclaración. «El Ángel de Yahvéh» es el mismo Dios en la forma visible en que se aparece a los hombres. Así consta en los texto más antiguos.

-El nombre de Cristo que significa ungido conviene al Redentor de los hombres.

Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros; (Sal. 45, 7-8).

El Espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahvéh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación y a los reclusos la libertad;... (Is. 61, 1).

-La palabra «Redentor» significa: Vengador de sangre, rescatador del encarcelador del encarcelado y protector de Israel.

a) -Vengador de sangre.

El homicida debe morir. El mismo vengador de sangre dará muerte al homicida: en cuanto lo encuentre, lo matará (Núm. 35, 19).

b) -Rescatador del encarcelado.

Noemi dijo a su Nuera: «Bendito sea Yahvéh que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos.» Le dijo Noemí: «Ese hombre es nuestro pariente, es de nuestros goeles (Rut 2, 20).

Aclaración. «Goel» significa «rescatador».

c) -Protector de Israel.

No temas, gusano de Jacob, oruga de Israel: yo te ayudo -oráculo de Yahvéh- y tu redentor es el Santo de Israel (Is. 41, 14).

Su Redentor esforzado. Yahvéh Sebaot se llama. El tornará la defensa de su causa... (Jer. 50, 34).

-La palabra «Redentor» designa a Dios como libertador de su pueblo.

Así dice Yahvéh que os ha rescatado, el Santo de Israel (Is. 43, 14).

Así dice el rey de Israel y su redentor Yahvéh Sebaot (Is. 44, 6).

Así dice Yahvéh, tu redentor, el que te formó desde el seno (Is. 44, 24).

Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahvéh Sebaot, el Santo de Israel,... (Is. 47, 4).

Así dice Yahvéh, tu redentor, el Santo de Israel (Is. 48, 17).

Vendrá para rescatar a Sión y a aquellos de Jacob que se conviertan de su rebeldía. -Oráculo de Yahvéh- (Is. 59, 20).

-Jesucristo es el Redentor de los hombres y fuera de él no hay salvación posible.

Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto (Jn. 10, 9).

Nadie viene al Padre sino por mí (Jn. 14, 6).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).

-Jesucristo deseo realizar toda la obra redentora que el Padre le confió.

Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra» (Jn. 4, 34).

...porque ha bajado de cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no se pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día» (Jn. 6, 38-40).

-Jesucristo realizó toda la obra redentora que el Padre le confió.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar (Jn. 17, 4).

Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» Inclinó la cabeza y entregó el espíritu (Jn. 19, 30).

7. Jesucristo Redentor. La redención

-Consiste en la liberación de la esclavitud del pecado

-Nos libró de la potestad del diablo

-Hizo posible nuestra salvación con su pasión y con su muerte a modo de Redención.

-La obra redentora muestra su excelencia en la obediencia al Padre, en la cancelación de muestras deudas y en nuestra justificación

-El modo de redención fue el más conveniente para mover a los hombres a conservarse libres de pecado

-Se entregó a sí mismo al eterno Padre para rescatar a todos los hombres del pecado.

-Cristo opone el influjo de la redención a las consecuencias de la culpa

-La Redención consiste en la liberación de la esclavitud del pecado, de la carne, de la muerte y del diablo.

a) -El Espíritu Santo se nos comunica como autor de la vida sobrenatural y nos libra de la dominación del pecado.

Porque la Ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la Ley del pecado y de la muerte (Rom. 8, 2).

b) -Cristo no nos libra de la tentación, sino que nos da la gracia para que la resistimos.

Pues lo que era imposible a la ley reducida a la importancia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo...condenó el pecado de la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu. Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu son vida y paz (Rom. 8, 3-6).

c) -La dominación de la muerte quedó vencida en cuanto que la muerte no puede separarnos de la caridad de Cristo.

Pues estoy seguro de que ni la muerte...ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro (Rom. 8, 38-39).

d) -Cristo nos ha traído la libertad respecto del diablo, haciéndonos posible liberarnos de su yugo con su gracia, pero resistiendo nosotros cuanto podamos.

...ahora el príncipe de este mundo será echado abajo (Jn. 12, 31).

Sed sobrios y velad. Vuestro adversario el Diablo ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resistirles firmes en la fe (Rom. 5, 8).

Someteos pues a Dios; resistid al diablo y él huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros (Sant. 4, 7).

El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo (1 Jn. 3, 8).

Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y Maligno no llega a tocarle (1 Jn. 5, 18).

Resumiendo:

Cristo nos ha redimido en el sentido de que nos ha proporcionado los medios suficientes y eficaces para nuestra salvación.

-Cristo nos redimió de la potestad del Diablo.

Él nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados (Col. 1, 13).

-Cristo hizo posible nuestra salvación con su pasión y con su muerte, a modo de Redención.

Redención es la restitución del estado de esclavitud al estado de libertad, pagando por ello un precio.

Redención, en sentido teológico, es la restitución de los hombres a la libertad de los hijos de Dios, hecha por la obra satisfactoria y meritoria de Cristo en el sacrificio consumado de la Cruz.

...el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura «Maldito todo aquel que está colgado de un madera»,... (Gál. 3, 13).

...envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley... (Gál. 4, 4-5).

...sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla (1 Pet. 1, 18).

...porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación... (Apoc. 5, 9).

-La obra redentora de Jesucristo muestra su excelencia, grandeza y trascendencia en su obediencia al Padre, en la cancelación de nuestras deudas y en nuestra justificación por su sangre.

a) -En la obediencia al Padre.

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil, 2, 8).

b) -En la cancelación de nuestras deudas.

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la Cruz (Col. 2, 14),

...el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestro pecados, viviéramos para la justicia; con cuya heridas habéis sido curados (1 Pe. 2, 24).

c) -En nuestra justificación con su sangre.

¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera! (Rom. 5, 9).

-El modo de redimir Jesucristo a los hombres fue el más conveniente para moverlos a conservarse libres de pecado.

¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo (1 Cor. 6, 20).

¡Habéis sido bien comprados! No os hagáis esclavos de los hombres. Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado (1 Cor. 7, 23-24).

-Jesucristo se entregó a sí mismo al eterno Padre para rescatar a todos los hombres del pecado.

...Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo, según la voluntad de nuestros Dios y Padre,... (Gál. 1, 4).

...Cristo Jesús, hombre también que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Jesucristo, el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 14).

-Jesucristo opone el influjo universal de la redención a las consecuencias universales de la culpa de Adán.

Si por el delito de uno sólo murieron todos, ¡Cuánto más la gracia de Dios y don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

En efecto, si por el delito de uno sólo reinó la muerte por un sólo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno sólo, por Jesucristo! (Rom. 5, 17).

Así pues, como el delito de uno sólo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de la justicia de uno sólo procura toda la justificación que da la vida (Rom. 5, 18).

En efecto, así como por la desobediencia de un sólo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos (Rom. 5, 19).

8. Jesucristo Redentor. Bienes

-La abundancia de los bienes concedidos fue mayor que la de los males sobrevenidos por el pecado de Adán

-Las ventajas son de gracia y de vida

-Los hombres son hechos hijos de Dios

-Todos los hombres tienen acceso a Dios por lo méritos de la Redención

-Los hombres pueden recibir los frutos de la redención en sus almas en su estado de «viadores» y en sus cuerpos en el de la «bienaventuranza»

-La Redención queda consumada por la Resurrección de Jesucristo

-La aplicación de los méritos a los hombres exige la disposición de éstos

-El hombre caído nunca hubiera podido redimirse a sí mismo

-La abundancia de los bienes concedidos a los hombres por virtud de la redención de Cristo, fue mayor que la de los males sobrevenidos al mundo por el delito de Adán.

La Ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia;... (Rom. 5, 20).

-Las ventajas sobrenaturales que nos trajo Cristo sobre el pecado de Adán son de gracia y de vida.

a) -De gracia.

Si por el delito de uno sólo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por al gracia de un sólo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

b) -De vida.

En efecto, si por el delito de uno sólo reinó la muerte por un sólo hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida en uno sólo, por Jesucristo! (Rom. 5, 17).

-Los hombres son hechos hijos de Dios en virtud de la obra de la redención.

...pues habéis sido reengendrados de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios viva y permanente...Y esta es la Palabra: la Buena Nueva anunciada a vosotros (1 Pe. 1, 23).

-Todos los hombres creyentes tienen acceso a Dios en virtud de los méritos de la redención de Jesucristo.

...Jesucristo, por quien hemos obtenido también mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos,... (Rom. 5, 2).

Aclaración. «Esta gracia» es el favor de vivir en la amistad divina.

Pues por él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jesús, Señor nuestro, quien mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

Y, a vosotros, que en otro tiempo fuisteis extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras, os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentarnos santos, inmaculados e irreprensibles delante de Él;... (Col. 1, 21-22).

Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no queda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual a nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo oportuno (Hebr. 4, 15-16).

...ya que la Ley no llevó nada a la perfección, pues no era más que introducción a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios (Hebr. 7, 19).

Aclaración: «Ley» se refiere a la Ley antigua.

-Los hombres pueden recibir los frutos de la redención de Cristo en sus almas durante su estado de «viadores», pero en sus cuerpos los podrán recibir en el estado glorioso de la bienaventuranza.

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas (Fil. 3, 20).

-La redención de los hombres queda consumada por la resurrección de Jesucristo. Sus almas son regeneradas por la fe y la justicia y sus cuerpos serán resucitados a imitación del suyo.

a) -Regeneración de sus almas.

...mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (Rom. 8, 10).

Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación (Rom. 10, 9-10).

b) -Resurrección de sus cuerpos.

Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).

Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó (1 Cor. 15, 12-13).

-La aplicación de los méritos de la redención de Jesucristo para salvar a los hombre, exige, de cada uno de estos, la disposición subjetiva de recibirlos.

Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahvéh, que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en perdonar (Is. 55, 7).

Si el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, conservará su vida. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había cometido; por eso vivirá sin duda, no morirás (Ez. 18, 27-28).

Cuando el malvado se aparta de su maldad y observa el derecho y la justicia, vive por ello (Ez. 33, 19).

Les dirá pues: «Así Yahvéh Sebaot: Volveos a mí -oráculo de Yahvéh Sebaot- y yo me volveré a vosotros, dice Yahvéh Sebaot (Zac. 1, 3).

-El hombre caído nunca hubiera podido redimirse a sí mismo.

...todos pecaron y están privados de la gloria de Dios- y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación... (Rom. 3, 23-25).

9. Jesucristo Redentor. Universalidad

-El amor infinito es causa de efectuar una redención universal

-La universalidad antropológica prefigurada en el A. T.

-La antropológica y geográfica profetizada en el A. T.

-Universal, antropológica y geográficamente

-Cristo murió para redimir a todos los hombres

-También por los que vivieron antes de la encarnación

-Y para reconciliar a todos los seres creados ángeles y hombres, inocentes y pecadores.

-Podría ser eficaz a los habitantes de otros mundos

-El amor infinito y eterno que Dios tiene a los hombres es la causa de efectuar una redención universal para todos ellos y de hacerlos hijos adoptivos suyos.

Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él (1 Jn. 4, 9).

-La universalidad antropológica de la redención fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

El Ángel de Yahvéh llamó a Abraham por segunda vez desde los cielos y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahvéh, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único, yo te colmaré de bendiciones y acrecentará muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adeñuará tu descendencia de la puerta de sus enemigos (Gén. 22, 15-17).

-La universalidad antropológica y geográfica de la redención de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

a) -La universalidad antropológica.

Yo, Yahvéh, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos a los ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas (Is. 42, 6-7).

b) -La universalidad geográfica.

...dice Yahvéh... «...Te voy a poner por luz de las gentes para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra» (Is. 49, 6).

-La Redención de Cristo fue universal, antropológica y geográficamente.

a) -Antropológicamente.

Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5, 15).

...Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestro pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (Gál. 1, 4).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

b) -Geográficamente.

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-De conformidad con su voluntad salvífica universal Cristo derramó su sangre y murió para redimir a todos los hombres sin excepción.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn. 3, 17).

Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (Jn. 5, 15).

Porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el salvador de todos los hombres... (1 Tim. 4, 10).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-Cristo padeció y murió también por los hombres que vivieron antes de la encarnación.

Fue entregado por nuestros pecados y fue resucitado para nuestra justificación (Rom. 4, 25).

Si por el delito de uno sólo murieron todos ¡cuánto más con la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Aclaración. No hay dificultad ninguna en admitir esta verdad de parte de la voluntad de Dios que ciertamente quiere la salvación de todos los hombres.

Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (1 Tim. 2, 3).

-La Redención de Jesucristo tiene eficacia superabundante para reconciliar a todos los seres creados, ángeles y hombres, inocentes o pecadores.

...dándonos a conocer el Misterio de su voluntad...para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Ef. 1, 9-1.

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

Aclaración. No consta que los Ángeles hayan sido redimidos por Cristo, ni que le deban su salvación ni que sean participantes de su gracia por los méritos de su redención. Sí consta la redención de los hombres.

Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Cor. 15, 22).

Esto no supone la salvación colectiva de todos y cada uno de ellos, pues ésta depende de la aceptación y cumplimiento de la Ley promulgada para cada uno de ellos.

-La Redención de Jesucristo podría ser eficaz a los habitantes de otros mundos, caso de que estos estuviesen habitados por seres humanos necesitados de la misma.

Puede admitirse que otros mundos estén habitados, pues son muchísimos los astros en condiciones de vida y Dios no hace sus obras inútiles. Esto no quiere afirmar que sus habitantes sean como nosotros ni que existan en el mismo tiempo que en nuestro planeta.

Suponiendo hombres en otros mundos, a éstos les puede aprovechar la Redención de Cristo.

a) - por participación de sus méritos, pues Dios pudo decretar que la redención aprovechase a todos los racionales culpables, dondequiera que se hallasen, con tal admitieran la fe en este Misterio y se aprovechasen de sus beneficios infinitos. Para consumar la Redención Dios pudo escoger el menor de los Planetas, lo mismo que escogió la nación más despreciada y el lugar más humilde de Palestina.

Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte (1 Cor. 1, 27).

b) -Por simple revelación de la obra de Cristo que ha realizado ahora o el día de Juicio final, daría a Dios una gloria incomparable, aunque hubiese quienes no se aprovechasen, y redimiría a los que sí la aceptasen. Así Cristo reconciliaría entre sí a todos los seres creados, inocentes, o pecadores.

...según el benévolo designio que él se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Ef. 1, 10).

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1. 19-20).

10. Jesucristo. Pasión. Prefiguración y profecías

-La Pasión prefigurada en el A. T.

-Fue profetizada

-Hechos de la Pasión profetizados en el A. T.

-Jesucristo profetizó su pasión, muerte y resurrección

-Jesucristo profetizó hechos de su pasión

-Y de después de su pasión

-La Pasión y muerte de Jesucristo fueron prefiguradas en el Antiguo Testamento.

a) -Con la muerte de Abel.

Caín dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su Hermano Abel y lo mató (Gén. 4, 8).

b) -Con el Sacrificio de Isaac.

Llegados al lugar que la había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo (Gén. 22, 9-10).

-La Pasión de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Así como se asombraron de él muchos -pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana-... (Is. 52, 14).

...indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por lo rebeldes (Is. 53, 12).

-Muchos hechos de la Pasión de Jesucristo fueron profetizados en el Antiguo Testamento.

a) - Que será vendido por 30 monedas.

Después les dije: «Si os parece bien, dadme mi jornal: si no dejadlo.» Ellos pesaron mi jornal: treinta siclos de plata. Mas Yahvéh me dijo: «¡Échalo al tesoro, esa lindeza de precio en el que he sido valorado por ellos!» (Zac. 11, 12-13).

b) -Que sería contado entre los malhechores.

...indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes (Is. 53, 12).

c) -Que iba a ser azotado, abofeteado, insultado y escupido.

Habla el Siervo de Yahvéh: ...Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mil mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a insultos y salivazos (Is. 50, 6).

d) -Que iba a ser condenado a muerte.

...por nuestras rebeldías fue entregado a la muerte... (Is. 53, 8).

e) -Que le despojarán de sus vestiduras.

Me observan y me miran,

repártense entre sí mis vestiduras

y se sortean mi túnica (Sal. 22, 18-19).

f) -Que le taladrarán las manos y los pies.

Perros innumerables me rodean,

una banda de malvados me acomete;

atan mis manos y mis pies,

cuentan todos mis huesos.

Aclaración. Atan, en griego: han cavado; en siriaco: han herido; en la Vulgata: han taladrado (Sal. 22, 17).

g) -Que le atormentaría la sed.

Mi paladar está seco lo mismo que una teja y mi lengua pegada a mi garganta; (Sal. 22, 16).

h) -Que le darían a beber hiel y vinagre.

Veneno me han dado por comida,

en mi sed me han abrevado con vinagre (Sal. 69, 22).

i) -Que se mofarían de Él.

...todos los que me ven de mí se mofan,

tuercen los labios, menean la cabeza... (Sal. 22, 8).

Aclaración. Todas estas profetas se cumplieron exactamente en la persona de Jesucristo durante su Pasión.

-Jesucristo profetizó su Pasión, su muerte y resurrección.

Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día» (Lc. 9, 22).

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día (Mt. 16, 21).

Yendo un día juntos por Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le matarán, y al tercer día resucitará.» Y se entristecieron mucho (Mt. 17, 22).

Respondió él: «...Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos» (Mt. 17, 12).

Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará» (Mt. 20, 17-19).

-Jesucristo profetizó varios hechos que habían de suceder durante su Pasión.

a) -La traición de Judas.

Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que me entregará uno de vosotros» (Mt. 26, 21).

b) -La entrega a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarlo.

...Jesús...tomó aparte a los Doce, y les dijo...«Mirad que subimos a Jerusalén y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle,...» (Mt. 20, 17-19).

c) -La negación de Pedro.

Dícele Jesús: «Yo te aseguro que esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces» (Mt. 26, 34).

Aclaración. El cumplimiento exacto de estas profecías es un milagro moral que demuestra que Jesucristo es Dios.

-Jesucristo profetizó varios hechos que habían de suceder después de su pasión.

a) -Su muerte.

...Jesús...tomó aparte a los Doce, y les dijo...«Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle,... (Mt. 20, 17-19).

b) -Su resurrección.

...y al tercer día resucitará» (Mt. 20, 19).

c) -La dispersión de los apóstoles.

Entonces les dice Jesús: «Todos vosotros os vais escandalizar de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño (Mt. 26, 31).

d) -Las persecuciones de los apóstoles.

A estos doce envió Jesús después de haberles dado estas instrucciones: «...Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mí os llevarán ante tribunales y reyes... (Mt. 10, 5. y 17-18).

e) -La destrucción de Jerusalén.

Al acercarse y ver la ciudad -Jerusalén- lloró por ella, diciendo: «...Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra,... (Lc. 19, 41-44).

f) -La perennidad de la Iglesia.

...Jesús le respondió: «...Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra Edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella...» (Mt. 16, 17-18).

Aclaración. Las puertas, personificadas evocan las potencias del Mal.

11. Jesucristo. Pasión. Necesidad

-La Pasión no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados, pero sí lo fue relativamente

-No fue absolutamente necesaria pero padeció para mostrar su amor infinito con la mayor prueba de amor

-La Pasión de Jesucristo no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados, pero sí lo fue relativamente.

Una cosa es absolutamente necesaria para conseguir un fin, cuando no se puede sustituir por otra, y relativamente necesaria cuando sí se puede sustituir por otra.

...el Hijo del hombre se marcha según está determinado. Pero ¡ay de aquel por quien es entregado! (Lc. 22, 22).

...y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día... (Lc. 24, 46).

Aclaración. Supuesto el decreto de Dios, los hombres podían ser liberados de sus pecados solamente por la pasión y muerte de Cristo, pero de suyo este modo de redención no fue el único posible.

-La Pasión de Jesucristo no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados. Pero padeció y murió para demostrarles su amor infinito con la mayor prueba de amor.

Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

...mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros (Rom. 5, 8).

En esto hemos conocido lo que es el amor: en que él dio su vida por nosotros (1 Jn. 3, 16).

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

12. Jesucristo. Pasión. Tormentos

-Padeció todo género de tormentos dolorosísimos

-Su alma sufrió los tormentos con la misma intensidad que sino hubiese estado unida a la divinidad

-Fueron los más dolorosos de la vida presente

-En la pasión actúa la potencia diabólica

-Cristo padeció todo género de tormentos dolorosísimos.

a) -En la cabeza.

Salió entonces Jesús fuera llevando la corona de espinas,... (Jn. 19, 5).

b) -En la espalda.

Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle (Jn. 19, 1).

c) -En la cara.

Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,... (Mt. 26, 67).

d) -En las manos y en los pies.

Era la hora tercia cuando le crucificaron (Mc. 15, 25).

-Cristo sufrió toda clase de tormentos dolorosísimos de orden espiritual y moral.

a) -En su alma.

Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia (Mt. 26, 37).

b) -En el honor.

Y cuando el procurador les dijo: «¿A cual de los dos queréis que os suelte?», respondieron: «¡A Barrabás!» (Mt. 27, 21).

c) -En su fama.

Entonces se lo entregó para que fuera crucificado (Jn. 19, 16).

-El alma de Jesucristo sufrió los tormentos de la Pasión con la misma intensidad que si no hubiese estado unida a la divinidad.

Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo,, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir;...» (Mt. 26, 37-38).

-Los dolores sufridos por Jesucristo durante su Pasión fueron los más intensos de la vida presente.

Vosotros, todos los que pasáis por el camino,

mirad y ved

si hay dolor semejante

al dolor que se me inflige,

con el que Yahvéh me ha herido

el día de su ardiente cólera (Lam. 1, 12).

-En el drama de la Pasión de Jesucristo, actúa la potencia diabólica.

Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los Doce,... (Lc. 22, 3).

Jesús les respondió: «¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo.» Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce (Jn. 6, 70-71).

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado abajo (Jn. 12, 31).

Y, mojando el bocado, lo toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás (Jn. 13, 26-27).

13. Jesucristo. Pasión. Causas

-Padeció por voluntad del Padre y de sí mismo

-El Padre entregó a su Hijo a la Pasión y a la muerte

-Se hizo solidario de la maldición de Dios

-La causa eficiente y directa fueron los perseguidores

-La causa eficiente e indirecta fue el mismo Cristo

-Jesucristo padeció y murió por voluntad de Dios Padre y de sí mismo.

Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahvéh descargó sobre él la culpa de todos nosotros. Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca (Is. 53, 6-7).

-Dios Padre entregó a su Hijo a la Pasión y a la muerte.

...Yahvéh descargó sobre él la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con su fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?» esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?» (Mt. 27, 46).

-Jesucristo se hizo solidario de la maldición de Dios, que la violación de la Ley hacia pesar sobre ellos.

...Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado de la carne, a fin de que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu (Rom. 8, 3-4).

A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él (2 Cor. 5, 21).

Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz (Col. 2. 14).

-La causa eficiente y directa de la Pasión y de la muerte de Jesucristo fueron sus perseguidores.

...el Hijo del hombres será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle,... (Mt. 20, 18-19).

...y después de azotarle le matarán, y al tercer día resucitará (Lc. 18, 33).

...hicisteis morir al Jefe que lleva ala vida (Hch. 3, 15).

-La causa eficiente e indirecta de la Pasión y muerte de Jesucristo fue el mismo Jesucristo.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente (Jn. 10, 18).

...Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

14. Jesucristo. Pasión. Efectos

-Nos liberó a modo de mérito

-Y de satisfacción

-Fue causa de nuestra salvación

-La satisfacción fue más que suficiente para satisfacer todos los pecados del género humano

-Otros efectos de la Pasión y muerte

-Su sangre derramada produce grandiosos efectos salvíficos por su Iglesia

-Cristo exaltado sobre todas las categorías cósmicas

-La Pasión de Jesucristo nos liberó a los hombres a modo de mérito.

Mérito «en concreto» es una obra buena hecha en obsequio a Dios para moverlo a retribución de un don sobrenatural.

Mérito «en abstracto» es el valor de la obra buena en orden al premio.

El mérito mira al premio y la satisfacción al derecho que se ha resarcir.

...y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen (Hebr. 5, 9).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La Pasión de Jesucristo libró a los hombres de sus pecados por modo de satisfacción.

Satisfacción es la compensación de la injuria inferida.

Satisfacción «en concreto» es la acción o pasión recibida voluntariamente para resarcir el honor herido.

Satisfacción «en abstracto» es el valor de la obra del que honra en orden a reparar el honor herido.

El hombre incurre en doble reato por el pecado: de pena y de culpa.

Reato de pena es la obligación de sufrir el castigo merecido por los pecados.

Reato de culpa es la obligación de reparar la injuria inferido a Dios por el pecado.

(Lo que yo no he robado tengo que devolver) (Sal. 69, 5).

Aclaración. Alude a Jesucristo que repara al Padre el honor que Él no le ha quitado.

-La Pasión de Cristo fue causa de nuestra salvación de cuatro motivos distintos: por vía de mérito, de satisfacción, de sacrificio y de redención.

a) -Por vía de mérito.

Mérito es el valor de una obra digna de recompensa.

El mérito de Cristo fue universal, sobreabundante e infinito.

1º -Universal.

...Así como por la desobediencia de un sólo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos (Rom. 5, 19).

2º -Sobreabundante.

La Ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (Rom. 5, 20).

3º -Infinito.

La unión hipostática confería a todos los actos de Cristo un valor infinito.

b) -Por vía de satisfacción.

Satisfacción es la compensación de una injuria inferida, según igualdad de justicia.

La Pasión de Cristo es causa de satisfacción de los pecados de todos los hombres, o sea que ofreció al Padre una reparación universal, sobreabundante, intrínseca y de rigurosa justicia por los pecados de todos los hombres.

Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados (Is. 53, 5).

...indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes (Is. 53, 12).

...la redención realizada por Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre,... (Rom. 3, 25).

...Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados (1 Pe. 2, 23-24).

...Jesucristo, el justo. Él es víctima de propiciación por nuestro pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

c) -Por vía de sacrificio.

La Pasión y muerte de Cristo en la Cruz tiene razón de verdadero sacrificio en sentido estricto.

Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca (Is. 53, 7).

Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado (1 Cor. 5, 7).

...vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para destrucción del pecado mediante el sacrificio de sí mismo (Hebr. 9, 26).

d) -Por vía de redención.

Redimir es volver a adquirir una cosa perdida.

Jesucristo causó nuestra salud por vía de redención, con su pasión y con su muerte.

1º -De la redención en general.

...el Hijo de hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

...Jesucristo, el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 14).

...sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla (1 Pe. 1, 18-19).

2º -De la redención en particular.

-del pecado,

En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia... (Ef. 1, 7).

-de la pena del pecado,

...Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente,... (Rom. 3, 25).

-de la muerte.

...Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

-de la potestad del diablo,

Y una vez despojados por Principados y las Potestades,... (Col. 2, 15).

Por lo tanto, así somos los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al Señor de la muerte, es decir, al Diablo, y a libertar a cuantos, por temor de la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud (Hebr. 2, 14-15).

-de la ley Mosaica.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva (Gál. 4, 4-5).

-La satisfacción ofrecida por Cristo al Eterno Padre en su Sagrada Pasión y muerte fue más que suficiente para satisfacer todos los pecados del género humano.

La ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia;... (Rom. 5, 20-21).

Aclaración. El Redentor, no sólo bastó para su misión, sino que se excedió sobreabundantemente.

-Otros efectos de la Pasión y muerte de Jesucristo son: El perdón de los pecados, la liberación de la esclavitud del diablo, la liberación de la pena debida por los pecados, la infusión de la gracia, la reconciliación con Dios; el aumento de la gracia, la reparación después de la caída de Adán, la apertura de las puertas del cielo y el merecimiento de la fundación de la Iglesia.

a) -El perdón de los pecados.

...nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados... (Apoc. 1, 5).

b) -La liberación de la esclavitud de Satanás.

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado abajo. Cuando yo sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia mí (Jn. 12, 31-32).

Él nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados (Col. 1, 13-14).

c) -La liberación de la pena debida por los pecados.

¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! (Is. 53, 4).

...alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en al revelación de su gloria (1 Pe. 4, 13).

d) -La infusión de la gracia.

Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo (Jn. 1, 17).

...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,... (Rom. 3, 24).

e) -La reconciliación con Dios.

Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo el justo (1 Jn. 2, 12).

f) -El aumento de la gracia.

Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn. 10, 10).

g) -La reparación después de la caída.

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

h) -La apertura de las puertas del cielo.

Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús,... (Hebr. 10, 19).

i) -el merecimiento de la fundación de la Iglesia.

Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con su propia sangre (Hch. 20, 28).

-La sangre derramada de Jesucristo produce grandiosos e innumerables efectos salvíficos en beneficio de la Iglesia.

a) - Rescatarla.

...la Iglesia de Dios, que él se adquirió con su propia sangre (Hch. 20, 28).

b) -Hacerla instrumento de propiciación.

...la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre,... (Rom. 3, 25).

c) -Hacerla instrumento de justificación.

¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera! (Rom. 5, 9).

d) -Unir a los cristianos.

El cáliz de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? (1 Cor. 10, 16).

e) -Perdonar los pecados.

En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos,...según la riqueza de su gracia... (Ef. 1, 7).

f) -Acercarla a Cristo.

Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo (Ef. 2, 13).

g) -Pacificar a los espíritus celestes con los hombres.

...pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 20).

h) -Conseguirle una redención eterna.

Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna (Hebr. 9, 12).

i) -Concederle el acceso a Dios por medio de Jesucristo.

Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús,... (Hebr. 10, 19).

j) -Santificarla.

Por eso, también Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta (Hebr. 13, 12).

k) -Purificar las conciencias de los hombres.

...¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 14).

...la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado (1 Jn. 1, 7).

Al que nos ama, nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados,... (Apoc. 1, 5).

Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero (Apoc. 7, 14).

l) -Adquirirla para Dios.

...porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombre de toda raza, lengua, pueblo y nación;... (Apoc. 5, 9).

m) -Conseguirle la vida eterna.

Jesús les dijo: «...El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn. 6,54).

n) -Permanecer Jesús en ella.

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él (Jn. 6, 56).

-Jesucristo como hombre ha sido exaltado por el Padre sobre todas las categorías cósmicas como premio a su pasión, para que sea reconocido señor por todos los hombres.

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria del Dios Padre (Fil. 2, 8-11).

15. Jesucristo. Pasión. Aplicación de los efectos

-Los efectos salvíficos aplicados a los hombres por la fe, por la caridad, por lo sacramentos, y por la mediación de la Virgen

-Los efectos salvíficos de la Pasión de Jesucristo son aplicación a los hombres por la fe, por la caridad, por los sacramentos y por la mediación de la Virgen.

a) -Por la fe.

...para que todo el que crea tenga por él vida eterna (Jn. 3, 15).

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que se resiste al Hijo, no verá la vida (Jn. 3, 36).

...Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia,... (Rom. 3, 25).

b) -Por la caridad.

Porque Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad (Gál. 5, 6).

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte (1 Jn. 3, 14).

¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? (Sant. 2, 20).

c) -Por los sacramentos.

El que crea y sea bautizado, se salvará;

el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).

A quienes perdonéis los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los retengáis,

les quedan retenidos (Jn. 20, 23).

Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: Moisés no os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo» (Jn. 6, 32-33).

d) -Por la mediación de la Virgen.

Dice su madre a los sirvientes: «Haced los él os diga» (Jn. 2, 5).

Aclaración. Se deduce con claridad la función mediadora determinada por Dios de cada uno de estos medios salvíficos.

16. Jesucristo. Pasión. Fines

-Por la salvación de todos los hombres

-Para que todos quedaran constituidos justos y herederos de la vida eterna

-Jesucristo se entregó a la Pasión y a la muerte por la salvación de todos los hombres.

Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto, murieron. Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5, 14-15).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (Gál. 1, 4).

-Jesucristo sufrió Pasión y muerte para que los hombres quedarán constituidos justos y herederos de la vida eterna.

...son justificado, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,... (Rom. 3, 24).

A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él (2 Cor. 5, 21).

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros,... (Gál. 3, 13).

17. Jesucristo. Pasión. Otras características

-Ofreció un sacrificio al eterno Padre en el ara de la cruz

-Sufrió libremente la pasión y la muerte, después de aceptar el mandato del Padre.

-Dios identificó jurídicamente a Jesús con el pecado, e hizo que pesara sobre Él la maldición inherente al pecado

-Jesucristo ofreció un sacrificio al eterno Padre en el ara de la cruz.

...porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados (Mt. 26, 28).

...Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

-Jesucristo sufrió libremente la Pasión y la muerte, después de aceptado el mandato del Padre.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;... (Jn. 10, 17-18).

-Dios identificó jurídicamente a Jesús con el pecado, e hizo que pesara sobre Él la maldición inherente al pecado.

Cristo nos rescató de la maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito el que está colgado de un madero,... (Ga. 3, 13).

...Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne (Rom. 8, 3).

18. Jesucristo víctima. Satisfacción universal

-Jesucristo es víctima

-Empezó a merecer en el primer instante de su concepción

-Las ofensas innumerables de los hombres a Dios fueron reparadas por los sufrimientos de su Pasión

-La satisfacción de Cristo fue universal

-Se entregó a sí mismo al Padre en rescate por los pecado de todos los hombres

-Jesucristo es víctima.

Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna (Hebr. 9, 12).

Aclaración. Cristo se ofrece a sí mismo una sola vez, abrogando así cualquier sacrificio existente y realizando una redención universal y definitiva.

-Jesucristo empezó a merecer en el primer instante de su concepción.

Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo (Hebr. 10, 5).

Aclaración. Los Santos Padres afirman que Cristo aceptó la muerte en el primer instante de su concepción y ofreció el sacrificio de su cuerpo al eterno Padre por la redención de los hombres.

Y en virtud de esta voluntad somos santificados merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

-Las innumerables ofensas a Dios por los pecados de todos los hombres fueron reparadas por los sufrimientos de la pasión y muerte de Jesucristo.

...indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes (Is. 53, 12).

A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él (2 Cor. 5, 21).

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero, a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa (Gál. 3, 14).

-La satisfacción de Cristo por los pecados fue universal, por los pecados de todo el mundo.

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-Jesucristo se entregó a sí mismo al Padre en su Pasión y muerte en rescate por los pecados de todos los hombres.

Y murió por todos, para que ya ni vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5, 15).

...del Señor Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (Gál. 1, 4).

...y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

Maridos, amad a nuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,... (Ef. 5, 25).

Pues hay un sólo Dios y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

19. Jesucristo víctima. Ofreció un sacrificio

-Ofreció a Dios un sacrificio en la cruz

-Fue consumado por su Pasión y Muerte

-Lo ofreció al Padre para darle gracias, para perdonar los pecados y conseguirles la gracia y la gloria

-La demostración más clara de su sacrificio es su pasión y muerte aceptadas y ofrecidas al Padre por amor

-Jesucristo ofreció a Dios un verdadero sacrificio en la Cruz.

Sacrificio es la oblación legítima hecha a Dios de una cosa sensible, con alguna transmutación de su sustancia, en supremo reconocimiento de su majestad y de su dominio absoluto sobre las criaturas.

Se divide en: Latreútico, para reconocer el supremo dominio de Dios, eucarístico para dar gracias a Dios, propiciatorio para expiar los pecados de los hombres e impetratorio para pedirle beneficios.

...así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud... (Hebr. 9, 28).

Aclaración. Cristo reconoció en la Cruz el supremo dominio de Dios, le dio gracias por los beneficios, lo ofreció para expiar los pecados de todos los hombres y le pidió gracia y gloria para todos los redimidos.

-El sacrificio de Cristo fue consumado en la Cruz por su sola pasión y muerte.

Así es el Sumo Sacerdote..., que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo; y esto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo (Hebr. 7, 27).

-Jesucristo ofreció el sacrificio de la Cruz al Eterno Padre para darle gracias, para perdonar los pecados a los hombres y para conseguirles la gracia y la gloria.

a) -Para darle gracias.

Y tomó el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros;...» (Lc. 22, 19).

Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se lo dio, y bebieron todos de él. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos...» (Mc. 14, 23).

b) -Para perdonar los pecados de los hombres.

...porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados (Mt. 26, 28).

c) -Para conseguirles la gracia y la gloria.

...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,... (Rom. 3, 24).

...somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

En efecto, mediante una sola oración ha llevado a la perfección para siempre a los santificados (Hebr. 10, 14).

-La demostración más clara del sacrificio de Jesucristo por los hombres es su pasión y muerte aceptadas y ofrecidas al Padre por obediencia y por amor.

a) -Por obediencia.

...porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn. 6, 38).

...pero el mundo ha de saber que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).

b) -Por amor.

Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

...más la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros (Rom. 5, 8).

Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos,... (2 Cor. 5, 14-15).

...el Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gál. 2, 20).

...Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella,... (Ef. 5, 25).

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

20. Jesucristo víctima. Satisfacción vicaria

-Satisfizo por todos los hombres con su pasión y con su Muerte

-Por una satisfacción vicaria

-Que fue eficaz

-Y universal

-Universal también en cuanto a la redención objetiva

-Corresponde a la gravedad de los pecados de los hombres

-Fue condigna, superabundante e infinita

-Su valor positivo es mayor que el negativo de los pecados de los hombres

-El Padre acepta la satisfacción vicaria del Hijo

-Cristo satisfizo por todos los hombres.

...Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros (Rom. 5, 8).

...Jesucristo que se entregó a sí mismo por nuestros pecados,... (Gál. 1, 4).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

-Jesucristo satisfizo a Dios por los pecados de todos los hombres, con su pasión y muerte.

...y decían a la mujer: «Ya no creamos por tus palabras; que nosotros mismos hemos sido y sabemos que esta es verdaderamente el Salvador de mundo» (Jn. 4, 42).

Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvados por su vida! (Rom. 5, 10).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

Aclaración. Cristo satisfizo por nuestros pecados con todas y cada una de las obras de su vida, pero más especialmente con su Pasión y Muerte.

-Jesucristo causó nuestra salvación por una satisfacción vicaria.

Satisfacción es el pago de una deuda. Satisfacción vicaria es la deuda saldada por otro, en nombre del deudor. En sentido teológico es la compensación o reparación de las injurias que los hombres cometen contra Dios con sus propios pecados.

Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,... (Rom. 5, 10).

Porque habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos.

Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Cor. 15, 21-22).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y sumo sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo... (Hbr. 2, 17).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

Él nos amó y no envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

-La satisfacción vicaria de Cristo fue eficaz.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn. 3, 17).

Él es víctima de propiciación por nuestro pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 1, 2).

Eficaz. Que tiene virtud suficiente para compensar la culpa y la pena y que, una vez aplicada, el ofendido la acepta.

-La satisfacción vicaria ofrecida por Cristo y aceptada por Dios es universal, o sea, por el pecado original de todos los hombres y también por todos y cada uno de los pecados personales de todos ellos.

Si por el delito de un sólo hombre murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se ha desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Cor. 15, 22).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La satisfacción vicaria de Cristo por los pecados de todos los hombres, es universal en cuanto a la redención objetiva.

...profetizó -Caifás- que Jesús iba a morir por la nación -y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos- (Jn. 11, 51-52).

En efecto, así como por la desobediencia de un sólo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos (Rom. 5, 19).

Y murió por todos,... (2 Cor. 5, 15).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

Él es víctima de propiciación por nuestro pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La satisfacción vicaria de Jesucristo corresponde a la gravedad de los pecados de los hombres.

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

...habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo,... (1 Pe. 1, 18-19).

-La satisfacción vicaria de Cristo fue condigna, superabundante e infinita.

Satisfacción condigna es aquella cuyo valor es adecuado a la gravedad de la injuria que se ha de compensar.

Superabundante es aquella suyo valor excede en mucho a la gravedad de la injuria.

Infinita es aquella cuya fuerza satisfactoria nunca se puede agotar.

a) -Fue condigna,

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo... (1 P. 18-19).

b) -Fue sobreabundante,

...donde abundó el pecado sobreabundó la gracia... (Rom. 5, 20).

c) -Fue infinita,

Si por el delito de uno sólo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se ha desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Aclaración . Este texto no afirma que es infinita, pero lo insinúa con bastante claridad.

-El valor positivo de la satisfacción vicaria de Jesucristo es mayor que el valor negativo de los pecados de los hombres.

Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno sólo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

La ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia;... (Rom. 5, 20).

-El Padre acepta la satisfacción vicaria del Hijo para conceder a los hombres los dones de Gracia que necesitan para su Salvación, con dos condiciones: Que Jesucristo sustituyese a los hombres en orden a satisfacer y merecer, y que el Padre se obligase a aceptar la satisfacción del Hijo por un pacto.

a) -Jesucristo sustituyó a los hombres.

-por promesa del Padre profetizada en el Antiguo Testamento.

...Yahvéh descargó sobre él la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

-por cumplimiento de esta promesa.

A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él (2 Cor. 5, 21).

-Por su oblación voluntaria.

...Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

b) -El Padre se obliga a aceptar las satisfacción del Hijo.

-Fue profetizado en el Antiguo Testamento.

Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días (Is. 53, 10).

Aclaración. Los Santos Padres interpretan estas palabras como promesas hecha por Dios a Jesucristo.

21. Jesucristo víctima. Méritos para los hombres

-Dios concede a los hombres que se apropian de los méritos de Jesucristo los dones de gracia y de perdón

-La apropiación subjetiva de los frutos de la satisfacción vicaria está condicionada a la fe y al cumplimiento de los mandamiento

-La satisfacción de Cristo fue un acto de justicia conmutativa

-No se extiende a los ángeles caídos

-Pudo merecer para sí mismo

-Todos los hombres pueden recuperar la vida divina perdida por el pecado

-Jesucristo mereció par los hombres las gracias de la justificación

-Desde el primer instante de su concepción hasta su muerte, los méritos de Cristo fueron causa de la predestinación

-Los méritos de Cristo fueron causa de la predestinación

-Cristo mereció para los hombres los dones sobrenaturales perdidos por el pecado original

-Dios concede a los hombres que se apropian los méritos de la pasión y muerte de Jesucristo, los dones de gracia y de perdón de los pecados, no sólo por fidelidad sino por justicia.

De él nos viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,... (1 Cor. 1, 30).

Aclaración. Dios se obliga por justicia a perdonar a los hombres, al aceptar por ellos los dolores de la pasión y la muerte.

-La apropiación subjetiva de los frutos de la satisfacción vicaria de Jesucristo está vinculada y condicionada a la fe y al cumplimiento de los mandamientos.

a) -A la fe.

Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).

b) -Al cumplimiento de los mandamientos.

...y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,... (Hebr. 5, 9).

Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así, nunca caeréis (2 Pe. 1, 10).

-La satisfacción de Cristo fue un acto de justicia conmutativa.

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Aclaración. La satisfacción que paga toda la deuda y repara el derecho lesionado es un acto de justicia conmutativa. Cristo pagó a Dios toda la deuda y reparó el derecho lesionado y la injuria inferida a Dios por los hombres

-La satisfacción vicaria de Jesucristo no se extiende a los ángeles caídos porque iría en contra de la eternidad de las penas del infierno.

E irán estos a un castigo eterno, y los justos a la vida eterna (Mt. 25, 46).

Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,... (2 Tes. 1, 9).

Aclaración. La sentencia según la cual los ángeles caídos serán liberados de las penas del infierno en la restauración de todas las cosas, fue condenada en el sínodo de Constantinopla.

-Jesucristo pudo merecer y mereció para sí mismo.

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte en la cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre. Para que al hombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria del Padre (Fil. 2, 8-11).

Aclaración. Dios Padre le concedió a Jesucristo la exaltación por las humillaciones de su vida, pasión y muerte.

-Todos los hombres pueden recuperar la vida divina perdida por el pecado de Adán, en virtud de los méritos infinitos de Jesucristo.

Si por el delito de uno sólo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un sólo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos (Rom. 5, 15).

¡Habéis sido bien comprados. No os hagáis esclavos de los hombres. Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado (1 Cor. 7, 23-24).

Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Cor. 15, 22).

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo -por gracia habéis sido salvados- y con él nos resucitó... (Ef. 2, 4-6).

...sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa como de cordero sin tacha ni mancilla, Cristo,... (1 Pe. 1, 18-19).

Aclaración. Cristo ha ofrecido al eterno Padre los méritos sobreabundantes para la redención de todos los hombres -redención objetiva- pero cada hombre queda en libertad de aceptarlos y beneficiarse de ellos -redención subjetiva- o rechazarlos.

-Jesucristo mereció para los hombres la gracias que preparan la justificación, las gracias de la justificación y toda clase de gracias.

a) -Las gracias que preparan la justificación.

...ayudado por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús... (2 Tim. 1, 9).

b) -Las gracias de la justificación.

...todos pecaron y está privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,... (Rom. 3, 24).

c) -Toda otra clase de gracias.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo,... (Ef. 1, 3).

-Cristo mereció «de condigno» desde el primer instante de su concepción hasta su muerte en la cruz.

...todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre,... (Rom. 3, 23-25).

...a Jesús le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte par bien de todos (Hebr. 2, 9).

Aclaración. La redención objetiva realizada, no consistió solamente en la aplicación de los méritos obtenidos por su pasión y muerte, sino por todos los actos libres de su voluntad humana, puesto que todos los hizo por amor y obediencia al Padre.

-Los méritos de Cristo fueron la causa de la predestinación de los hombres.

...no ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amo; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,... (Ef. 1, 4-5).

-Cristo mereció para nosotros todos los dones sobrenaturales perdidos por el pecado original.

La obra de reparación.

Como mérito para los hombres.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley y para que recibiéramos la filiación adoptiva (Gál. 4, 5).

...que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación... (2 Tim. 1, 9).

Jesucristo Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado... (Rom. 1, 5).

...Nuestro Señor Jesucristo que nos ha bendecidos con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo, por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor, eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros... (Ef. 1, 3-8).

Pero Dios nos vivificó juntamente con Cristo...y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús (Ef. 2, 5-6).

Pues por él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo espíritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jesús, Señor nuestro, quien mediante la fe en él nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

A todos los que la recibieron (a la Palabra, al Verbo encarnado) les dio poder de hacerse hijos de Dios... (Jn. 1, 12).

...todos pecaron y están privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús... (Rom. 3, 23).

...y llegando a la perfección se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen... (Hbr. 5, 9).

22. Jesucristo víctima. Méritos para sí y para los ángeles

-Mereció para sí mismo la impasibilidad de su alma, la gloria de su cuerpo y la exaltación de su nombre

-La gracia y la gloria para los ángeles

-Cristo mereció para sí mismo la impasibilidad de su alma, la gloria de su cuerpo y la exaltación de su nombre.

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrar así en su gloria? (Lc. 24, 26).

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra, y en los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor Para la gloria de Dios Padre (Fil. 2, 8-11).

...a Jesús le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte (Hbr. 2, 9).

-Jesucristo mereció la gracia y la gloria para los ángeles.

a) -Según los escotistas.

...Dios tuvo a bien hacer residir en él toda plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su Cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

Aclaración. Esta reconciliación universal engloba todos los espíritus celestes, lo mismo que todos los hombres.

b) - Según los tomistas.

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, el señorío reposará en su hombro y se llamará

«Admirable-Consejero»,

«Dios-Poderoso»,

«Siempre-Padre»,

«Príncipe de Paz» (Is. 9, 6).

Aclaración. Jesucristo ha venido al mundo y ha muerto por solos los hombres.

23. Jesucristo. Muerte. Prefiguración y profetización

-La entrega a la muerte prefigurada en el A. T.

-Cristo profetizó su muerte

-La entrega de Jesucristo a la muerte está prefigurada en el Antiguo Testamento.

Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos...Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo (Gén. 22, 6, y 9-10).

Aclaración. La leña seca es imagen del pecador.

...todo árbol que no de buen fruto será cortado y arrojado al fuego (Mt. 3, 10).

Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6-7).

-Jesucristo profetizó su muerte y su resurrección.

...Comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él decía ir a Jerusalén...y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día (Mt. 16, 21).

24. Jesucristo. Muerte. Muestras

-Cristo como hombre murió en la Cruz

-Por la separación su alma de su cuerpo

-Jesucristo como hombre murió verdaderamente en la Cruz.

a) -Consta por el testimonio de los Evangelistas.

Jesús, entonces, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu (Mt. 27, 50).

Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró (Mc. 15, 37).

...y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró (Lc. 23, 46).

Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» Inclinó la cabeza y entregó el espíritu (Jn. 19, 30).

b) -Por el testimonio de los presentes.

...vino José de Arimatea,...y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús. Se extrañó Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, concedió el cuerpo a José, quien, comprando una sábana, lo descolgó de la cruz,... (Mc. 15, 43, 46).

Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangres y agua. Lo atestigua el que lo vio y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis (Jn. 19, 33-35).

c) -Por la unción de los aromas.

Fue también Nicodemo con una mezcla de unas cien libras de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas, con los aromas, conforme a la costumbre, judía de sepultar (Jn. 19, 39-40).

-Cristo murió y verdaderamente, por la separación de su alma y de su cuerpo.

Jesús, entonces, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu (Mt. 27, 50).

Pero, Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró (Mc. 15, 37).

...y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró (Lc. 23, 46).

Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» Inclinó la cabeza y entregó el espíritu (Jn. 19, 30).

25. Jesucristo. Muerte. Sacrificio

-Es un sacrificio verdadero

-Supera a todos los sacrificios del A. T.

-La muerte de Jesucristo en la Cruz tiene todas las razones de un sacrificio perfecto y verdadero.

Sacrificio es una oblación hecha a Dios, con inmolación de la víctima, en señal de supremo dominio y por institución legítima.

a) -Oblación hecha a Dios.

...Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

b) -Inmolación de la víctima.

Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» Inclinó la cabeza y entregó su espíritu (Jn. 19, 30).

c) -En señal de supremo dominio.

Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo dijo: «...Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar (Jn. 17, 1 y 4).

d) -Por institución legítima.

De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy (Hebr. 5, 5).

-El sacrificio de la muerte de Cristo en la Cruz supera en eficacia a todos los sacrificios el Antiguo Testamento.

a) - Por conseguirnos una redención eterna.

Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangres, consiguiendo una redención eterna (Hebr. 9, 12).

b) -Por purificar nuestras conciencias.

Pues si la sangre de machos cabríos y de todos y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purificación de la carne, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestras conciencias para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 13-14).

c) -Por quitar los pecados de la multitud.

...así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud,... (Hebr. 9, 28).

d) -Por santificar a los hombres.

...somos santificados merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

e) -Por marcar un nuevo camino de perfección a los hombres.

En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados (Hebr. 10, 14).

26. Jesucristo. Muerte. Causas

-Su amor a los hombres

-No con el mismo amor a todos

-Mandato del Padre

-Sujeto al Mandato del Padre

-Por obediencia al Padre

-La Muerte por obediencia al Padre fue convenientísima

-Murió porque quiso

-La causa remota de la muerte del Hijo de Dios fue su amor a los hombres.

Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo -por gracia habéis sido salvados- y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,... (Ef. 2, 4-6).

-Jesucristo no murió con el mismo amor a todos y a cada uno de los hombres, sino que tuvo especial amor para con los elegidos.

Así parece deducirse de los siguientes textos:

Por ellos ruego yo; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos;... (Jn. 17, 9).

...que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-Jesucristo recibió del Padre un verdadero mandato de morir.

...y que obro según el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

...se han aliado Herodes y Poncio Pilato,...para realizar lo que en tu poder y en tu sabiduría habías predeterminado (Hch. 4, 27-28).

-Jesucristo estuvo sujeto al mandato de su Padre de morir por la salvación de todos los hombres.

El Padre me ama porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre (Jn. 10, 17-18).

...pero el mundo ha de saber que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

Aclaración. Jesucristo, como era legislador, no estuvo sujeto a ninguna Ley divino-positiva de la Antigua Ley ni a ninguna otra positiva humana de la Nueva.

-Jesucristo murió por obediencia al Padre.

En efecto, así como por la desobediencia de un sólo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos (Rom. 5, 19).

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz (Fil. 2, 8).

-La muerte de Jesucristo por obediencia fue convenientísima.

a) -Porque así convenía a la justificación de los hombres.

En efecto, así como por la desobediencia de un sólo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno sólo todos serán constituidos justos (Rom. 5, 19).

b) -Porque la obediencia es el mayor de los sacrificios y el de la muerte es muy aceptable a Dios.

...fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo (Rom. 5, 10).

-Jesucristo murió porque quiso.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente (Jn. 10, 18).

Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. Nada puede él contra mí (Jn. 14, 30).

Respondió Jesús: «No tendrás contra mí ningún poder, si no se te hubiera dado de arriba;... (Jn. 19, 11).

27. Jesucristo. Muerte. Efectos

-Convenientísima para nuestra salvación

-Dios compensó los pecados de los hombres con los sufrimientos de la vida, pasión y muerte de Cristo

-Su sacrificio fue de expiación por los pecados de los hombres

-Murió por la salvación de todos los hombres

-Ha librado a los hombres de la servidumbre de la Ley de Moisés, de la esclavitud del pecado, del diablo y de la muerte

-La reconciliación de los pecadores con Dios

-La muerte de Jesucristo fue convenientísima para nuestra Salvación.

Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre; mas su vida es un vivir para Dios (Rom. 6, 10).

Aclaración. La muerte de su cuerpo es un ejemplo de morir los hombres en nuestro pecado.

-Dios compensó todos los pecados de los hombres los sufrimientos de la vida, pasión y muerte de Jesucristo.

Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahvéh descargó sobre él la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él (2 Cor. 5, 21).

-El sacrificio de Jesucristo en la Cruz fue un sacrificio de expiación por los pecados de los hombres.

...Jesús Señor nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para nuestra justificación (Rom. 4, 25).

...Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras (1 Cor. 15, 3).

...del Señor Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (Gál. 1, 4).

-Jesucristo murió por la salvación de todos los hombres, sean predestinados y réprobos, adultos infantes, sean fieles o infieles.

El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? (Rom. 8, 32).

Y murió por todos, para que yo no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor. 5, 15).

...Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

Aclaración. Cristo murió por la salvación de todos los hombres en conformidad con su voluntad salvífica universal.

-Jesucristo ha librado a los hombres con su pasión muerte, de la servidumbre de la Ley de Moisés, de la esclavitud del pecado, del diablo y de la muerte.

a) -De la servidumbre de la Ley de Moisés.

Cristo nos rescató de la maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: «Maldición el que está colgado de un madero,...» (Gál. 3, 13).

b) -De la esclavitud del pecado.

...nuestro Jesucristo; el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad,... (Tit. 2, 14).

c) -De la esclavitud del diablo.

Él no libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor,... (Col. 1, 13).

d) -De la esclavitud de la muerte.

...nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

-La muerte de Jesucristo en la Cruz dio lugar a la reconciliación de los pecadores con Dios.

Si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! (Rom. 5, 10).

...pues Dios tuvo a bien...reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

...y reconciliar con Dios a ambos en un sólo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad (Ef. 2, 16).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

28. Jesucristo. Resurrección. Premio por sus méritos

-Por su Pasión

-Por su humildad y obediencia

-La resurrección de Jesucristo fue premio de su Pasión.

Se puede deducir de los textos siguientes:

Yahvéh, tú m escrutas y conoces;

sabes cuándo me siento y cuando me levanto,

mi pensamiento calas desde lejos; (Sal. 139, 1-2).

Aclaración. Estas palabras se dicen de Cristo, «cuando me siento» es decir, cuando soy humillado y padezco, y «cuando me levanto» es decir, cuando soy glorificado en la resurrección.

Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes (Lc. 1, 52).

Aclaración. A la justicia de Dios corresponde exaltar a aquellos que se humillan y, por tanto, a Cristo que se humilló hasta padecer muerte de cruz, correspondía exaltarlo hasta la gloria de su resurrección.

-Jesucristo mereció para sí mismo su resurrección, su glorificación y su ascensión a los cielos, más especialmente por su humildad y por su obediencia.

¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria? (Lc. 24, 26).

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el nombre, que está sobre todo nombre (Fil. 2, 8-9).

Y a aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte,... (Hebr. 2, 9).

...y decían -los Ángeles- con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza (Apoc. 5, 12).

29. Jesucristo. Resurrección. Profecías

-Profetizada en el A. T.

-Profetizada en el N. T.

-Profetizada por Jesucristo

-La resurrección de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Me enseñarás el camino de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre (Sal. 16, 11).

Mas plugo a Yahvéh quebrantarle con dolencias. Se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahvéh se cumplirá por su mano. Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará (Is. 53, 10, 11).

-La resurrección de Jesucristo fue profetizada en el Nuevo Testamento.

Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» (Lc. 24, 25-26).

...pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos (Jn. 20, 9).

-Jesucristo profetizó su resurrección.

a) -Aludiendo al Santuario de su cuerpo.

Al fin se presentaron dos falsos testigos, que dijeron: «Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios y en tres días levantarlo» (Mt. 26, 60-61).

Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvame a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!» (Mt. 27, 39-40).

Algunos, levantándose, dieron contra él este falso testimonio: «Nosotros le oímos decir: «Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días levantaré otro no hecho por hombres» (Mc. 14, 57-58).

Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!» (Mc. 15, 29-30).

Jesús les respondió: «Destruid este santuario y en tres días lo levantaré.» Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo (Jn. 2, 19-21).

b) -Aludiendo al profeta Jonás.

Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestros, queremos ver una señal hecha por ti.» Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal reclama, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 38-40).

Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; busca una señal y no se le dará otra señal que la señal de Jonás (Lc. 11, 29).

c) -Sin alusiones.

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día (Mt. 16, 21).

Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos» (Mt. 17, 9).

Yendo un día juntos por Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le matarán, y al tercer día resucitará» (Mt. 17, 22-23).

Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará (Mt. 20, 17-19).

Entonces les dice Jesús: «Todos vosotros os vais a escandalizar de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño. Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea» (Mt. 26, 31-32).

Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho a ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar a los tres días (Mc. 8, 31).

Cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen los que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitará de entre los muertos (Mc. 9, 9).

Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará (Mc. 9, 31).

Tomó otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará» (Mc. 32, 34).

Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea (Mc. 14, 27-28).

Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día» (Lc. 9, 22).

Tomando consigo a los Doce, les dijo: «Mirad que subimos a Jerusalén, y se cumplirá todo lo que los profetas escribieron del Hijo del hombre; pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burlas, insultado y escupido; y después de azotarle le matarán, y al tercer día resucitará» (Lc. 18, 31-33).

30. Jesucristo. Resurrección. Autor

-Dios fue el autor

-Jesucristo resucitó por su propia virtud

-Dios fue el autor de la resurrección de Cristo.

...a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades,... (Hch. 2, 24).

Pero Dios le resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello (Hch. 3, 15).

...por el nombre de Jesucristo Nazareno quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos (Hch. 4, 10).

El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándolo de un madero (Hch. 5, 30).

...a éste, Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de aparecerse,... (Hch. 10, 40).

Pero Dios le resucitó de entre los muertos (Hch. 13, 30).

Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la corrupción, lo tiene declarado... (Hch. 13, 34).

...creemos en Aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús Señor nuestro,... (Rom. 4, 24).

Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu... (Rom. 8, 11).

Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo (Rom. 10, 9).

...creéis en Dios, que le ha resucitado de entre los muertos y le he dado la gloria,... (1 Pe. 1, 21).

Aclaración. Cristo dice: Tengo poder para dar la vida y para recobrarla de nuevo (Jn. 10, 18).

Y según esto el autor de la resurrección de Cristo es él mismo, pero no hay contradicción ninguna, porque una misma es la virtud, el ser y la operación del Padre y del Hijo.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 10).

-Jesucristo resucitó por su propia virtud.

Jesús les respondió: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré» (Jn. 2, 19).

Aclaración. Aludía al Santuario de su cuerpo.

Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo (Jn. 2, 21).

El Padre me ama porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo (Jn. 10, 17).

Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;... (Jn. 10, 18).

Aclaración. Que Dios resucitó a Jesucristo y que Jesucristo se ha resucitado a sí mismo, no son dos afirmaciones contradictorias, porque en ambas, el principio radical de resurrección son la divinidad del Padre y la del Hijo, que están identificadas en su esencia.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).

31. Jesucristo. Resurrección. Necesidad

-Para los hombres

-Para manifestación de la justicia de Dios, confirmación de nuestra fe, y ejemplo de nuestra resurrección

-La resurrección de Jesucristo fue necesaria y útil para los hombres.

a) -Necesaria.

-Para su ensalzamiento.

...y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre (Fil. 2, 8-9).

-Para nuestra esperanza.

Bendito sea el Dios Padre...quien...mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,... (1 Pe. 1, 3-5).

-Para reengendrarnos.

Bendito sea el Dios Padre...quien...mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva,... (1 Pe. 1, 3).

-Para restituirnos los bienes perdidos.

...Jesús Señor nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para nuestra justificación (Rom. 4, 25).

b) -Útil.

-Fue causa de la resurrección de nuestros cuerpos.

Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos (1 Cor. 15, 21).

-Hará que los cuerpos resucitados de los bienaventurados sean semejantes al suyo en el dote de la claridad.

...igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva (Rom. 6, 4).

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo (Fil. 3, 21).

-La resurrección de Cristo fue necesaria, para manifestación de la justicia divina, para confirmar nuestra fe, para ejemplo de nuestra resurrección espiritual.

a) -Para manifestación de la justicia divina:

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

b) -Para confirmar nuestra fe en la divinidad de Cristo:

Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también nuestra fe (1 Cor. 15, 14).

c) - Para ejemplo de nuestra resurrección espiritual.

...al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva (Rom. 6, 4).

32. Jesucristo. Resurrección. Testimonios

-De los evangelistas, de Cristo con sus apariciones, de los testigos oculares, de los Apóstoles y de sus milagros realizados

-La verdad de la resurrección de Cristo queda bien manifestada por el testimonio de los evangelistas, por las apariciones del mismo Cristo, por el testimonio de muchos testigos oculares, por la predicación de los apóstoles y por los milagros realizados por los mismos apóstoles.

a) -Por el testimonio de los evangelistas.

El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues se que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado como lo había dicho...» (Mt. 28, 5-6).

Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí...» (Mc. 16, 5).

...se presentaron ante ellas dos varones...y les dijeron: «Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado...» (Lc. 24, 4-6).

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado antes al sepulcro, vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos (Jn. 20, 8-9).

b) -Por las apariciones del mismo Cristo.

En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron a sus pies y le adoraron (Mt. 28, 9).

c) -Por el testimonio de muchos testigos oculares.

A este Jesús Dios le resucitó; de los cual todos nosotros somos testigos (Hch. 2, 32).

...después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez,... (1 Cor. 15, 6).

d) -Por la predicación de los Apóstoles.

Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús (Hch. 4, 33).

e) -Por los milagros realizados por los mismos apóstoles.

Viendo la valentía con que hablaban Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucción ni cultura, estaban maravillados. Reconocían, por una parte, que habían estado con Jesús; y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado;... (Hch. 4, 13-14).

33. Jesucristo resucitado. Cualidades de su cuerpo

-Glorioso e íntegro

-De la misma naturaleza que el mortal

-En un estado nuevo

-Asumió una vida nueva e imperecedera

-El cuerpo de Cristo resucitado era verdadero, glorioso e íntegro.

a) -Verdadero.

Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo (Lc. 24, 39).

Aclaraciones. El cuerpo resucitado de Cristo entró en la habitación donde estaban los apóstoles, cerradas las puertas.

Estando las puertas cerradas se presentó Jesús en medio y dijo... (Jn. 20, 26).

El cuerpo resucitado de Cristo desapareció del lado de los discípulos de Emaús.

...pero él desapareció de su lado (Luc. 24, 31).

El cuerpo resucitado de Cristo se apareció alguna vez en otra figura.

...se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino... (Mc. 16, 12).

¿Cómo se explican estos tres fenómenos extraordinarios en un cuerpo verdadero?

Porque un cuerpo verdadero, está sujeto a leyes distintas propias de los cuerpos resucitados.

...se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual (1 Cor. 15, 43-44).

b) -Glorioso.

Así también en la resurrección de los muertos...se siembra vileza, resucita gloria... (1 Cor. 15, 43).

...Jesucristo el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo... (Fil. 3, 21).

c) -Integro.

Pero no perecerá ni un caballo de vuestra cabeza (Lc. 21, 18).

En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor. 15, 53).

Aclaración. «Este ser» se entiende completo, íntegro.

-El cuerpo de Jesucristo resucitado de la misma naturaleza que su cuerpo mortal.

Pero él les dijo: «Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo» (Lc. 24, 38-39).

Aclaración. Para que haya una verdadera resurrección se requiere que el mismo cuerpo que murió se una la misma alma.

-El cuerpo del resucitado se mantiene en un estado nuevo que modifica su figura exterior y lo libra de las condiciones sensibles de este mundo.

Son deducciones de los siguientes textos:

a) -Modifica su figura exterior.

Después de esto, se apareció bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea (Mc. 16, 12).

b) -Lo libra de las condiciones sensibles.

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz sea con vosotros» (Jn. 20, 19).

-Jesucristo resucitando asumió una vida nueva e imperecedera.

...sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y que su muerte no tiene ya señorío sobre él (Rom. 6, 9).

34. Jesucristo. Resurrección. Otras características

-Resucitó al tercer día

-Primicia de los resucitados

-Su cuerpo y su alma nunca serán separados del Verbo de Dios

-Su relación con otros hechos

-Es como una investidura oficial de su señorío universal y cósmico

-Jesucristo resucitó al tercer día de morir en la cruz.

El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús el Crucificado; no está aquí, ha resucitado como lo hacía dicho (Mt. 28, 5-6).

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, llegan al sepulcro. Se decían unas a otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la entrada del sepulcro?» Levantan la virada y ven que la piedra estaba retirada; y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, él Crucificado; ha resucitado, no está aquí (Mc. 16, 1-6).

Recordad como os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: «Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer día resucito» (Luc. 24, 6-7).

-Jesucristo es la primicia y el primogénito de los resucitados.

a) -La primicia.

Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron (1 Cor. 15, 20).

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús (1 Tes. 4, 14).

b) -El primogénito.

Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud,... (Col. 1, 18-19).

-El cuerpo y el alma de Jesucristo no serán separados nunca del Verbo de Dios.

...vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su Padre; reinará sobre la casa de Jacob por lo siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 31-33).

Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo será siempre (Her. 13, 8).

-La resurrección de Jesucristo y sus apariciones tienen relación perfecta con:

-La confirmación del poder de perdonar pecados,

-La misión universal de los apóstoles,

-La indefectibilidad de la Iglesia y con

-El abandono definitivo de las esperanzas temporales de Israel.

a) -Con el poder de perdonar.

Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo.

A quienes perdonéis los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los retengáis,

les quedan retenidos» (Jn. 20, 22-23).

b) -Con la misión universal de los apóstoles.

Jesús...les habló así: «Me ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,... (Mt. 28, 18).

...Y les dijo: «...Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones,...» (Lc. 24, 46-47).

...recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

c) -Con la indefectibilidad de la Iglesia.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «...Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt. 28, 20).

d) -Con el abandono definitivo de las esperanzas de Israel.

Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando va a restablecer el Reino de Israel?» Él les contestó: «A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad,... (Hch. 1, 6-7).

-La resurrección de Jesucristo es como una investidura oficial de su señorío universal y cósmico.

...resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero. Bajo sus pies sometió todas las cosas y le constituyó cabeza suprema de la Iglesia,... (Ef. 1, 20-22).

Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 9-11).

Él es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él,... (Col. 1, 15-16).

35. Jesucristo. Ascensión. Prefiguración y profecias

-Prefigurada en el A. T.

-Prefigurada en el N. T.

-Profetizada en el A. T.

-Cristo profetizó su ascensión

-La ascensión de Jesucristo a los cielos fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

Nadie como el Dios de Yerusún, que cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes en su majestad (Deut. 33, 26).

Él inclinó los cielo y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies; cabalgó sobre un querube, emprendió vuelo, sobre las alas de los vientos planeó (Sal. 18, 10-11).

Cantad a Yahvéh, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga las nubes,... (Sal. 68, 5).

Tú has subido a la altura, conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansión, Yahvéh (Sal. 68, 19).

¡Cantad a Dios, reinos de la tierra,

salmodiad para el Señor,

para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos (Sal. 68, 3-34).

Allá va Yahvéh cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto,... (Is. 19, 1).

Esto pasó cuando Yahvéh arrebató a Elías en el torbellino al cielo (2 Reg. 2, 1).

Y Daniel se levantó se puso a comer, mientras el ángel de Dios volvía a llevar al instante a Hababuc a su lugar (Dan. 14, 39).

-La ascensión de Jesucristo a los cielos fue prefigurada en el Nuevo Testamento.

...el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y ya no le vio más el eunuco... (Hch. 8, 39).

-La ascensión gloriosa de Jesucristo al cielo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahvéh al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

Tú has subido a la altura conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansión, Yahvéh (Sal. 68, 19).

-La ascensión de Jesucristo al cielo fue profetizada por el mismo.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna (Jn. 3, 14-15).

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (Jn. 12, 32).

Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces sabréis que Yo Soy,...» (Jn. 8, 28).

...Jesús...declaró: ...«Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, os digo también ahora a vosotros. Adonde yo voy, vosotros no podéis venir...» (Jn. 13, 33).

Le responde Jesús: «...en la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar...» (Jn. 14, 2).

Pero yo os digo la verdad: «Os conviene que yo me vaya; porque sino me voy, no vendrá a vosotros al Paráclito; pero si me voy os lo enviaré;...» (Jn. 16, 7).

36. Jesucristo. Ascensión.

-Ascensión a los cielos

-Su reino no es de este mundo

-Jesús ascendió a los cielos.

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo (Lc. 24, 51).

Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos y una nube le ocultó a su vista. Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba,... (Hch. 1, 9).

Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido... (Hch. 1, 33).

-Jesucristo ascendió a los cielos porque su Reino no es de este mundo.

Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo...» (Jn. 18, 36).

37. Jesucristo. Ascensión. Conveniente y beneficiosa

-Fue conveniente

-Fue beneficiosa

-La Ascensión de Jesucristo al cielo fue conveniente.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy os lo enviaré;... (Jn. 16, 7).

-La Ascensión de Jesucristo al cielo fue beneficiosa para todos los hombres.

a) -De parte nuestra.

-Aumenta la fe acerca de las cosas no vistas.

Dícele Jesús: «Has creído porque me has visto. Dichosos los que aún no viendo creen» (Jn. 20, 29).

-Aumenta el deseo de los bienes celestiales y eternos.

...buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios (Col. 3, 1-2).

b) -De parte de Cristo.

-Ascendió a los cielos por nuestra salvación.

...porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros (Jn. 14, 2-3).

-Para enviar el Espíritu Santo a los hombres.

Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré (Jn. 16, 7).

-Para enviar los dones divinos a los hombres.

Éste que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todos (Ef. 4, 10).

Aclaración. Ascendió y tomó posesión de todo el universo como de la Plenitud de la que él es la Cabeza.

...hace que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Ef. 1, 10).

38. Jesucristo. Ascensión. Fines

-Para inaugurar nuestra ascensión, para interceder por nosotros ante el Padre, para llenarnos de su dones y para aumentar nuestra fe, esperanza y alegría en el amor

-La Ascensión de Cristo a los cielos fue necesaria para inaugurar nuestra ascensión, para interceder por nosotros ante el Padre y para llenarnos de su dones.

a) -Para inaugurar nuestra ascensión.

...porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros (Jn. 14, 3).

b) -Para interceder por nosotros en presencia del Padre.

Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, sino en el mismo cielo para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro (Hbr. 9, 24).

c) -Para llenarnos a todos de sus dones.

Este que bajó, es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo (Ef. 4, 10).

1º -El don del Espíritu Santo.

Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré (Jn. 16, 7).

2º -El don de la función personal de cada uno para edificación de su Cuerpo que es la Iglesia,

...subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros profetas; a otros evangelizadores; a otros pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo... (Ef. 4, 11).

3º -Para aumentar nuestra fe.

Has creído porque me has visto. Dichosos los que aún viendo creen (Jn. 20, 29).

Para levantar nuestra esperanza.

Aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra (Col. 3, 2).

Para que vivamos con alegría colmada por el amor.

Pero ahora voy a ti y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada (Jn. 17, 13).

39. Jesucristo. Entrada en el cielo

-Profetizada en el A. T.

-Los cautivos que le acompañan profetizados en el N.T.

-Hizo su entrada triunfal acompañado de todas las almas liberadas del limbo

-La entrada gloriosa y triunfal de Jesucristo en el cielo profetizada en el Antiguo Testamento.

¡Puertas, levantad vuestros dinteles,

alzaos, puertas eternas,

para que entre el rey de la gloria!

¿Quién es ese rey de gloria?

Yahvéh, el fuerte, el valiente,

Yahvéh, valiente en la batalla.

¡Puertas, levantad vuestros dinteles,

alzaos puertas eternas,

para que entre el rey de la gloria!

¿Quién es ese rey de gloria?

Yahvéh de Sebaot,

él es el rey de gloria (Sal. 24, 7-10).

-Los cautivos que acompañaban a Jesucristo en su ascensión a los cielos fueron profetizados en el Antiguo Testamento.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahvéh al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

Tú has subido a la altura conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansión, Yahvéh (Sal. 68, 19).

-Jesucristo hizo su entrada triunfal en el cielo acompañado de todas las almas que había liberado del limbo.

Sólo hay una simple deducción en la Sagrada Escritura.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahvéh al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

40. Jesucristo. Sentado a la derecha del Padre

-Después de su ascensión se sentó a la derecha del Padre

-En el cielo está sentado a la derecha del Padre

-Él pide su propia glorificación

-Dios le exaltó sobre todas las categorías cósmicas

-Jesucristo, después de su ascensión a los cielos, se sentó a la derecha del Padre.

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido,... (Hch. 2, 33).

-Cristo en el cielo está sentado a la derecha del Padre.

Significa que Cristo comparte con el Padre su majestad, su poder y su bienaventuranza.

Invitación de Dios:

Oráculo de Yahvéh a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de sus pies (Sal. 109, 1).

Con esto el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

...y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo (Lc. 24, 50).

...el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas (Hbr. 1, 3).

...Jesucristo que habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios y le están sometidos los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades (1 Pet. 3, 22).

Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono (Apoc. 3, 21).

-Jesucristo pide su propia glorificación, no porque la busque sino porque su gloria y la del Padre son una misma cosa.

Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él, también Dios le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto» (Jn. 13, 31-32).

-Dios exaltó a Jesucristo resucitado sobre todas las categorías angélicas y cósmicas.

a) -Sobre las categorías angélicas.

...resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el venidero (Ef. 1, 20-21).

...el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su esencia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha heredado (Hebr. 1, 3-4).

...la Resurrección de Jesucristo, que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios, y le están sometidos los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades (2 Per. 3, 22).

b) -Sobre las cósmicas.

Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 10-11).

Aclaración. Estas tres divisiones cósmicas abarcan todo el universo. Son cielos, tierra y abismos.

41. Jesucristo. Mediador

-Profetizada en el A. T.

-Constituido medianero

-Mediador de la Nueva alianza

-Ejerce el oficio entre Dios y los hombres

-La mediación de Jesucristo entre Dios y los hombres está profetizada en el Antiguo Testamento.

He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí,... (Mal. 3, 1).

-Cristo como hombre es constituido perfecto mediador entre Dios y los hombres.

Mediador es una tercera persona que realiza la gestión de reconciliar a otras dos enemistadas entre sí.

Porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también (1 Tim. 2 5).

Más ahora ha obtenido él un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza... (Hbr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva Alianza, para que... (Hbr. 9, 15).

Vosotros os habéis acercado...a Jesús, mediador de una nueva Alianza... (Hbr. 12, 22-24).

-Jesucristo es mediador de la nueva Alianza.

Mas ahora ha obtenido Él un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza,... (Hbr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida (Hbr. 9, 15).

-Jesucristo ejerce el oficio de mediador entre Dios y los hombres en el cielo.

Porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también,... (1 Tim. 2, 5).

Mas ahora ha obtenido Él un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza, como funda en promesa mejores (Hebr. 8, 6).

42. Jesucristo Mediador. Fines

-Reparar los pecados de los hombres

-Establecer la reconciliación

-Interceder por ellos y pagar su deuda al Padre

-Ofrecer oraciones en favor de los hombres

-La obra de Cristo como mediador consiste en reparar los pecados de los hombres.

a) -Preludios en el Antiguo Testamento.

Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras manchas y de todos vuestros ídolos os purificaré. Os daré un corazón nuevo infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne al corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos (Ez. 36, 25-27).

Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahvéh los que presentan la oblación en justicia (Mal. 3, 3).

b) -Manifestación clara en el Nuevo Testamento.

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

No he venido a llamar a conversión a justos sino a pecadores (Lc. 5, 32).

Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc. 19, 10).

El buen pastor da la vida por sus ovejas (Jn. 10, 11).

-Jesucristo como hombre es mediador entre Dios y los hombres para establecer la reconciliación.

Porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo-Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

Mas ahora ha obtenido Él un ministerio tanto mejor, cuanto es Mediador de una mejor alianza,... (Hebr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva alianza; para que interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida (Hebr. 9, 15).

...y a Jesús, mediador de una nueva alianza,... (Hebr. 12, 24).

-Jesucristo cumple su oficio de mediador manifestando su voluntad a los hombres, intercediendo por ellos y pagando su deuda al Padre.

a) -Manifestando su voluntad a los hombres:

Entonces ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador (Gál. 3, 19).

b) -Intercediendo por ellos.

Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc. 23, 34).

c) -Pagando su deuda.

Cristo os recató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero,... (Gál. 3, 13).

Porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo, como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados (1 Pe. 2, 24).

-Jesucristo como hombre está continuamente ofreciendo a Dios en el cielo oraciones en favor de los hombres.

¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 24).

De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción de verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro (Hebr. 9, 24).

43. Jesucristo Intercesor

-Sentado a la derecha de Dios para interceder por los hombres

-Intercede por nosotros

-Tiene el poder de salvar a todos los que se acerquen a Dios por medio de Él

-Ora al Padre por todos

-Sigue orando e intercediendo por todos hasta el fin de los tiempos

-Jesucristo está sentado a la derecha de Dios para interceder por los hombres.

¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

...ya que está siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Pero si alguno peca, tenemos uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

-Cristo intercede por nosotros sentado a la derecha de Dios en los cielos.

¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor (Hbr. 7, 25).

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo el justo (1 Jn. 2, 1).

a) Presentando su humanidad a Dios en favor nuestro.

...penetró Cristo en el mismo cielo para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro... (Hbr. 9, 24).

b) - Expresando su voluntad santísima en favor de los bienes que necesitamos para nuestra salvación.

...y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre (Jn. 14, 16).

-Jesucristo tiene el poder de salvar hasta la consumación de los siglos, a todos aquellos que se acerquen a Dios por medio de Él.

De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Él, poniendo su mano derecha sobre mí, dijo: «No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades (Apoc. 1, 17-18).

-Jesucristo en cuanto hombre ora al Padre en los cielos por todos los hombres con oración interpretativa y con oración expresa.

a) -Con oración interpretativa.

Pues no penetró Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora el acatamiento de Dios en favor nuestro,... (Hebr. 9, 24).

Aclaración. Mostrando al Padre su humanidad con sus cicatrices, méritos y satisfacciones, para moverlo a que nos conceda los bienes que necesitamos.

b) -Con oración expresa.

...tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

Aclaración. Intercede por nosotros presentando al Padre su humildad que asumió y expresándole el deseo que tiene de nuestra salvación. Él nada nuevo merece con su oración, sino que pide al Padre nos aplique aquellos méritos que obtuvo durante su vida en la tierra.

-Jesucristo sigue orando e intercediendo por los hombres hasta el final de los tiempos.

¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

44. Jesucristo Dueño y Señor

-La soberanía divina de Jesucristo proclamada en el N.T.

-El Padre ha entregado todas las cosas creadas en poder del Hijo

-Él es el Señor de todas las cosas

-Él, en cuanto hombre es el Señor de todos los hombres

-De toda la historia

-Del Sábado

-Dios ha constituido a Jesucristo Señor de toda la creación

-El Señorío de Jesucristo sobre los hombres es para salvarlos

-La soberanía divina de Jesucristo proclamada en el Nuevo Testamento.

Por eso os hago saber que nadie, hablando por influjo del Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino por influjo del Espíritu Santo (1 Cor. 12, 3).

Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó al hombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 9-11).

-El Padre ha entregado todas las cosas creadas en poder del Hijo.

Todo me ha sido entregado por mi Padre,... (Mt. 11, 27).

Todo me ha sido entregado por mi Padre,... (Lc. 10, 22).

-Jesucristo es el Señor, el único, el único dueño y Señor: de la gloria, de los señores, de vivos y muertos, de todas las cosas.

a) -El Señor.

...nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino por influjo del Espíritu Santo (1 Cor. 12, 13).

...y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria del Padre (Fil. 2, 11).

Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees... (Rom. 10, 9).

b) -El único.

...un sólo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros (1 Cor. 8, 6).

c) -El único Dueño y Señor.

Son impíos...que niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo (Jud. 4).

d) -El Señor de la Gloria.

...pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria (1 Cor. 2, 8).

e) -El Señor de los Señores.

Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo. Rey de Reyes y Señor de Señores (Apoc. 19, 6).

f) -El Señor de vivos y muertes.

Porque Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos (Rom. 14, 9).

g) -El Señor de todas las cosas.

...por medio del Hijo a quien -Dios- instituyó heredero de todo,... (Hebr. 1, 2).

-Jesucristo en cuanto hombre es Señor de todos los hombres.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me has sido dado todo poder en el cielo y en la tierra...» (Mt. 28, 18).

Porque Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos (Rom. 14, 9).

Para que al hombre de jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 10-11).

-Jesucristo es dueño y señor de toda la historia.

Sepa, pues, con toda certeza la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado (Hch. 2, 36).

Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y... (Rom. 10, 9).

...y nadie puede decir: «Jesús es Señor» sino por influjo del Espíritu Santo (1 Cor. 12, 3).

...y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria del Padre (Fil. 2, 11).

Pero uno de los Ancianos me dice: «No llores; ha triunfado el León de la tribu de Judá, el Retoño de David; él podrá abrir el libro y sus siete sellos» (Apoc. 5, 5).

-El Hijo del hombre -Jesucristo- es dueño del sábado.

«...Porque señor es del sábado el Hijo del hombre» (Mt. 12, 8).

«...De suerte que el Hijo del hombre también es señor del sábado» (Mc. 2, 28).

Y les dijo: «Señor es del sábado el Hijo del hombre» (Lc. 6, 5).

-Dios ha constituido a Jesucristo Señor de toda la creación.

Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituidos Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado (Hch. 2, 36).

-El Señorío y el dominio que Jesucristo tiene sobre todos los hombres es con el fin de salvarlos.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 18-20).

Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano (Jn. 10, 28).

Cuando yo estaba con ellos, cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de la perdición,... (Jn. 17, 12).

45. Jesucristo Rey. Profecías

-Profetizada en el A. T.

-Sus cualidades profetizadas en el A. T.

-Jesucristo como Rey, en cuanto hombre, fue profetizado en el Antiguo Testamento.

Ya tengo yo consagrado a mi rey

en Sión mi monte santo (Sal. 2, 6).

¡Exulta sin mesura, hija de Sión,

lanza gritos de gozo, hija de Jerusalén!

He aquí que viene a ti tu rey:

justo él y victorioso,

humilde y montado en un asno,

en un pollino, cría de asna (Zac. 9, 9).

-Las cualidades de Jesucristo como Rey fueron profetizadas en el Antiguo Testamento.

a) -Defensor de la verdad, piedad y justicia.

Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad y de la justicia (Sal. 45, 4).

b) -Prudente, justo.

...reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

46. Jesucristo Rey. Elegido por el Padre

-Elegido por Dios Padre

-Constituido por Dios como Rey supremo

-Por la unión hipostática

-Él afirma que es Rey

-Por derecho nativo

-Por derecho de conquista, por ser cabeza de toda la Iglesia y por derecho de herencia

-De toda la Iglesia

-No fue Rey ni por herencia, elección, ni por adquisición de los hombres.

-Jesucristo Rey fue elegido por Dios Padre en beneficio de los hombres.

Ya tengo yo consagrado a mi rey

en Sión mi monte santo (Sal. 2, 6).

Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por esto Dios te bendijo para siempre (Sal. 45, 3).

Aquel día el germen de Yahvéh será magnífico y glorioso, y el fruto de la tierra será la prez y ornato de los supervivientes de Israel (Is. 4, 2).

Mirad que días vienen -oráculo de Yahvéh- en que suscitare a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

Así dice Yahvéh de Sebaot: He aquí un hombre cuyo hombre es Germen: debajo de él habrá germinación (y él edificará el Templo de Yahvéh). Él edificará el Templo de Yahvéh; él llevará las insignias reales, se sentará y dominará en su trono; ... (Zac. 6, 12-13).

-Dios constituyó a Cristo-Hombre como Rey Supremo de toda la humanidad.

Antiguo Testamento.

...de Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel (Núm. 24, 17).

Voy a anunciar el decreto de Yahvéh. Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. Pídeme y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra (Sal. 2, 7-8).

tu trono, Oh Dios, para siempre jamás; un cetro de equidad, el cetro de tu reino (Sal. 44, 7).

En sus días florecerá la justicia y dilatada paz hasta que no haya luna; dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra (Sal. 71, 7-8).

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, el señorío reposará sobre su hombro, y se llamará «Admirable-Consejero», «Siempre-Padre», «Príncipe de Paz». Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su Reino para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia (Is. 9, 5-6).

Mirad que días vienen, -oráculo de Yahvéh- en que suscitaré a David un Germen justo, reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido (Dan. 2, 44).

He aquí que en las nubes del cielo venía como Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás (Dan. 7, 13-14).

¡Exulta sin mesura, hija de Sión, lanza gritos de gozo hija de Jerusalén! He aquí que viene a ti tu rey, justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino cría de asna (Zac. 9, 9).

Nuevo Testamento.

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de su gloria (Mt. 25, 31).

Entonces dirá el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros... (Mt. 25, 34).

¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí lo hicisteis (Mt. 25, 40).

Jesús se acercó a ellos y les habló así: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt. 28, 18).

...vas a dar a luz un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará por la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 31-33).

Entonces Pilato le dijo: ¿Luego tú eres Rey? Respondió Jesús. Si, como dices, soy Rey (Jn. 18, 37).

Porque debe de reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies (1 Cor. 15, 25).

...en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo (Hbr. 1, 2).

...Jesucristo, el príncipe de los reyes de la tierra (Apoc. 1, 5).

Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores (Apoc. 19, 16).

-Jesucristo fue constituido Rey de todo el universo, por la unión hipostática.

...él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. Él es también las Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia. Él es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 17-20).

Aclaración. Cristo como Dios existe antes que todas las cosas, es la Cabeza de la Iglesia, y como hombre pacífica cuanto hay en los cielos y en la tierra con su sangre, gracias a la unión hipostática.

-Jesucristo afirma que es el Rey.

Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Respondió Jesús: «Sí, tú lo dices» (Mt. 27, 11).

Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Él le respondió: «Sí, tú lo dices» (Mt. 15, 2).

Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Él le respondió: «Sí, tú lo dices» (Lc. 23, 3).

Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey...» (Jn. 18, 37).

-Cristo como hombre es asimismo Rey por derecho nativo.

...todo fue creado por él y para él... (Col. 1, 16).

Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud... (Col. 1, 18-19).

-Cristo como hombre es también Rey de todos los hombres por derecho de conquista, por ser cabeza de la Iglesia, y por derecho de herencia.

a) -Por derecho de conquista.

¡Habéis sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de nuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha ni mancilla, Cristo (1 Pet. 1, 18-19).

b) -Por ser cabeza de la Iglesia.

Apenas inferior a un Dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor; le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies (Sal. 8, 6-7).

c) -Por derecho de herencia.

...nos ha hablado por medio de su Hijo a quien instituyó heredero de todo... (Hebr. 1, 2).

-Jesucristo en cuanto hombre es Rey de toda la Iglesia.

Profecía del Arcángel Gabriel a la Virgen María.

Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su Padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 32-33).

-Jesucristo no fue Rey ni por heredad, ni por elección ni por adjudicación de los hombres.

a) -No fue por heredad, pues aunque descendió de familia real, no descendió de la línea de Salomón a la cual se adhería la sucesión hereditaria al trono, sino de la línea de Natán.

Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años y era según se creía hijo de José, hijo de Helí,...hijo de Natán, hijo de David (Lc. 3, 23-31).

b) -No fue por elección, pues cuando las turbas pretendieron hacerle Rey, él huyó.

Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él sólo (Jn. 6, 15).

c) -No fue por adquisición, sino en cuanto ésta se fundamentaba en la unión hipostática.

...la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre (Hch. 20, 28).

Aclaración, El valor de la redención deriva de la unión hipostática.

47. Jesucristo Rey. Su Reino

-Anunció la llegada de su Reino

-Afirmó la llegada

-Cumplió la promesa de un Reino eterno

-La extensión de su Reino profetizada en el A. T.

-Es Rey de toda la tierra

-Tiene dominio directo sobre todos los reinos del mundo

-Destruye el imperio de Satán e inaugura el Reino mesiánico

-No ejerce directamente su poder administrativo sobre las cosas temporales

-Ejerce su poder sobre las cosas espirituales

-Jesucristo anunció que había llegado su Reino anunciado por los Profetas.

Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca» (Mt. 3, 2).

Por eso os digo: «...Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura...» (Mt. 6, 33).

-Jesucristo afirma la llegada del Reino mesiánico.

Id proclamado que el Reino de los Cielos está cerca (Mt. 10, 7).

Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca» (Mt. 3, 2).

Convocando a los doce...los envíos a proclamar el Reino de Dios... (Lc. 9, 1-2).

Y les dijo (a los setenta y dos): «...En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros...» (Lc. 10, 8-9).

-Jesucristo cumplió la promesa de un Reino Eterno.

Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin» (Lc. 1, 32-33).

-La extensión del Reino de Jesucristo por todas las naciones de la tierra esta profetizada en el Antiguo Testamento.

Pídeme, y te daré en herencia las naciones, propiedades los confines de la tierra (Sal. 2, 8).

Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra (Is. 49, 6).

-Jesucristo como hombre fue verdaderamente Rey de toda la tierra, lo mismo de las cosas temporales que espirituales, y tiene dominio directo sobre todas las criaturas.

...le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies (Sal. 8, 7).

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt. 28, 18).

Y decían: «¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso (Apoc. 19, 6).

-Jesucristo Rey, en cuanto hombre, tuvo dominio directo todos los reinos del mundo y sobre todas las cosas creadas.

a) -Tuvo dominio «en acto primo» que es la misma potestad considerada en sí misma, pero no «en acto segundo» que es el ejercicio de la misma potestad.

-Sobre todos el reinos del mundo.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra...» (Mt. 28, 18).

...Jesucristo que es el Señor de todos (Hch. 10, 36).

...el Príncipe de los reyes de la tierra (Apoc. 1, 5).

Rey de Reyes y Señor de Señores (Apoc. 19, 16).

-Sobre todas las cosas creadas.

...le hiciste señor de las obras de tus manos,

todo fue puesto por ti bajo sus pies:

ovejas y bueyes, todos juntos,

y aún las bestias salvajes,

y las aves del cielo, y los peces del mar,

que surcan las sendas de las aguas (Sal. 8, 7-9).

Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies (1 Cor. 15, 27).

b) -No tuvo dominio «en acto segundo», es decir, no ejercitó la misma potestad en ningún reino del mundo.

Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo» (Jn. 18, 36).

Aclaración. No se encuentra en la Sagrada Escritura que Cristo ejercitará su jurisdicción o dominio sobre los reinos de este mundo, sino que aseguró todo lo contrario a Pilatos.

-Jesucristo destruye el imperio de Satán con su poder sobre los demonios, e inaugura el Reino mesiánico.

Pero si por el Espíritu de Dios expulsó yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Mt. 12, 28).

Regresaron los setenta y dos alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre» (Lc. 10, 17).

Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones y sobre toda potencia enemiga, y nada os podrá hacer daño; pero no es alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos» (Lc. 10, 18-20).

-Jesucristo no ejerce directamente su poder administrativo de Rey sobre las cosas temporales.

Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.» Él le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» (Lc. 12, 13).

Respondió Jesús: «Mi reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que yo no fuese entregado a los judíos, pero mi Reino no es de aquí» (Jn. 18, 36).

Aclaración. Aunque Dios constituyó a Cristo como hombre Rey, sin embargo no quiso administrar las cosas temporales, mientras vivió en la tierra.

-Jesucristo ejerce su poder de Rey sobre las cosas espirituales.

Mirad que días Yahvéh -oráculo de Yahvéh- en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su Padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 32-33).

Aclaración. Cuando se habla de que cristo reinará eternamente, se entiende de un reino espiritual.

48. Jesucristo Rey. Las características de su Reino

-No pretendió que fuese material ni terreno

-Es espiritual, eterno, universal

-Nadie lo destruirá

-Jesucristo no pretendió establecer un Reino que fuese material y terreno.

Es doctrina deducida de los siguientes versículos:

Jesús les dijo: «...El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn. 6, 54).

Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo» (Jn. 18, 36).

-El Reino de Cristo es: espiritual, eterno, universal, de verdad, de vida, de santidad, de gracia, de justicia, de amor y de paz.

a) -Espiritual.

Respondió Jesús a Pilato:

«Mi Reino no es de este mundo» (Jn. 18, 36).

b) -Eterno.

...reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 33).

c) -Universal.

Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt. 28, 18).

d) -De Verdad.

Le dice Jesús:

«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn. 14, 6).

Respondió Jesús:

«Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz (Jn. 18, 37).

e) -De Vida.

Entonces Jesús dijo:

«Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn. 10, 10).

Le dice Jesús:

«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn. 14, 6).

f) - De Santidad.

Porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y vosotros alcanzáis la plenitud en él,... (Col. 2, 9-10).

g) -De Gracia.

...como Hijo único lleno de gracia y de verdad (Jn. 1, 14).

Pues de su Plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia (Jn. 1, 16).

h) -De Justicia.

...Dios, el cual dará a cada cual según sus obras (Rom. 2, 6).

i) -De Amor.

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor (Jn. 15, 9).

Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

j) -De Paz.

Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres (Lc. 2, 14).

Príncipe de paz (Is. 9, 6).

-El Reino de Jesucristo no tendrá fin.

Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificará mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt. 16, 18).

49. Jesucristo Rey. Su potestad

-La potestad legislativa, judicial y ejecutiva como el hombre, fue profetizada en el A. T.

-Ejerce su triple potestad

-La judicial la ejerce también sobre los ángeles

-Es origen de toda potestad civil

-La potestad legislativa, judicial y ejecutiva de Jesucristo, como hombre, fue profetizada en el Antiguo Testamento.

a) -La potestad legislativa.

Pues de Sión saldrá la Ley.

y de Jerusalén la palabra de Yahvéh (Id. 2, 3).

b) -La potestad judicial.

Juzgará entre las gentes,

será árbitro de pueblos numerosas (Is. 2, 4).

c) - La potestad ejecutiva.

Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia (Is. 9, 6).

-Cristo como hombre, constituido Rey, ejerce su triple potestad, legislativa, ejecutiva y judicial.

a) -Legislativa. Promulgó la Ley evangélica.

...enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 20).

En esto sabemos que le conocemos, en que guardamos sus mandamiento (Jn. 2, 3).

Os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros (Jn. 13, 34).

Si me amáis, guardaréis mis mandamientos (Jn. 14, 15).

...no estando yo sin Ley de Dios sino bajo la Ley de Cristo (1 Cor. 9, 21).

b) -Ejecutiva. Rige los destinados de los hombres para que triunfen los planes del reinado de su amor sobre todos ellos.

...y tengo las llaves de la muerte y del Hades (Apoc. 1, 18).

c) -Judicial. Con potestad recibida del Padre.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo (Jn. 5,22).

...y le ha dado poder para juzgar... (Jn. 5, 27).

Constituido juez de vivos y muertos.

Y nos mandó que predicasemos al pueblo, y de que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 10, 42).

...porque ha fijado el día en el que va a juzgar al mundo según justicia... (Hch. 17, 31).

...cuando Cristo Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen el Evangelio... (2 Thes. 1, 7-8).

...Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos... (2 Tim. 4, 1).

-Cristo como hombre, constituido Rey, ejerce también su potestad judicial sobre los ángeles, por razón de su ministerio sobre los hombre y por la sanción que por el mismo han de recibir.

a) -Potestad judicial sobre los ángeles.

¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? (1 Cor. 6, 3).

Aclaración. Si los santos juzgarán a los ángeles con la autoridad de Cristo, es evidente que Cristo tiene potestad judicial sobre aquellos. (los ángeles).

b) -Por el ministerio que ejercen sobre los hombres.

Y he aquí que se le acercaron unos ángeles y le servían. (a Cristo-hombre) (Mt. 4, 11).

Suplicábanle, pues, los demonios (de estos dos endemoniados): «Si nos echas, envíanos a esa piara de puercos» (Mt. 8, 31).

c) -Por la sanción que han de recibir.

Había entonces en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo que se puso a gritar: ¿Qué tienes tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios. Jesús entonces le conminó: «Cállate y sal de él». El espíritu inmundo agitó violentamente al hombre y salió de él, dando un grito.

-La potestad de Jesucristo como Rey es fuente y origen de toda potestad civil.

Por mí los reyes reinan

y los magistrados administran la justicia.

Por mí los príncipes gobiernan

y los magnates juzgan toda la tierra (Prov. 8, 15-16).

50. Jesucristo. Modos de presencia entre los hombres

-Presencia actual de Cristo entre los hombres

-La caridad con el prójimo es como hecha con el mismo Cristo

-Las obras malas en perjuicio del prójimo es como hecha en perjuicio del mismo Cristo

-Después de la ascensión de Jesucristo a los cielos, él sigue permaneciendo entre los hombres con otros modos nuevos de presencia más eficacias y duraderos.

a) -Presencia por el amor.

Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23).

Mira que estoy a la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo (Apoc. 3, 20).

Aclaración. Se refiere a la intimidad con Jesús, que preludia el banquete mesiánico.

b) -Presencia comunitaria.

Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos (Mt. 18, 20).

c) -Presencia asistencial.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt. 28, 20).

Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros (Jn. 14, 20).

Habéis oído que os he dicho: «Me voy y volveré a vosotros» (Jn. 14, 28).

d) -Presencia en los prójimos.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; en la cárcel, y vinisteis a verme (Mt. 25, 35-36).

Y el Rey les dirá: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de éstos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt. 25, 40).

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ese da mucho fruto;... (Jn. 15, 5).

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno,... (Jn. 17, 22-23).

Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un sólo cuerpo, así también Cristo (1 Cor. 12, 12).

Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte (1 Cor. 12, 27).

Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo (Ef. 5, 29-30).

e) -Presencia en la Eucaristía.

...el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto recuerdo mío.» Asimismo también el cáliz después de cenar diciendo: «Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo bebiereis, hacedlo en recuerdo mío» (1 Cor. 11, 23-25).

f) -Presencia operativa.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ese da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada (Jn. 15, 5).

g) -Presencia por la gracia.

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos (Jn. 15, 5).

Aclaración. Esta presencia se consuma en el mismo individuo para santificarlo, perfeccionarlo, comunicarle sus dones y enriquecerlo espiritualmente.

h) -Presencia por la inhabitación.

Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23).

-Las obras de caridad hechas por nuestros hermanos en nombre de Cristo, son como hechas por el mismo Cristo.

Quien a vosotros recibe, a mí me recibe,... (Mt. 10, 40).

Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe (Mt. 18, 5).

Y el Rey les dirá: «en verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt. 25, 40).

...y (Jesús) les dijo: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba, no recibe a mí sino al que me envió» (Mc. 9, 37).

...y (Jesús) les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe;...» (Lc. 9, 48).

Y les dijo: «...El que os escucha a vosotros, a mi me escucha; y el que os rechaza, a mí me rechaza;...» (Lc. 10, 16).

-Las obras malas hechas en perjuicio del prójimo son como hechas en perjuicio del mismo Cristo.

Y entonces (Jesús) les responderá: «En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo» (Mt. 25, 45).

Y les dijo: ...«El que os escucha a vosotros, a mí me escucha; y el que os rechaza, a mí me rechaza;...» (Lc. 10, 16).

...(Saulo) cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, por qué me persigues?» Él respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues (Hch. 9, 5).

51. Jesucristo. Su Misterio

-Toda la divinidad reside en Jesucristo

-Él es la imagen de Dios Padre

-Él es la vida y el origen de la vida

-Él posee los tesoros de la vida eterna

-Él es la Luz del Mundo

-Determina «ab aeterno» que su misterio sea revelado a los hombres en el N. T.

-Toda la plenitud de la divinidad reside en Jesucristo.

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud,... (Col. 1, 19).

Porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad... (Col. 2, 9).

-Jesucristo es Imagen de Dios Padre.

...la gloria de Cristo que es imagen de Dios (2 Cor. 4, 4).

Él es la Imagen de Dios invisible... (Col. 1, 15).

-Jesucristo es la vida y en el está el origen de la vida.

a) -Es la vida.

En ella -en la Palabra, en el Verbo de Dios- estaba la vida... (Jn. 1, 4).

Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo,... (Jn. 5, 26).

Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección y la vida...» (Jn. 11, 25).

Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida (1 Jn. 5, 12).

...Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna (1 Jn. 5, 20).

b) -Él es el origen de la vida.

Yo les doy vida eterna... (Jn. 10, 28).

...-pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y que se nos manifestó-... (1 Jn. 1, 2).

Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo (1 Jn. 5, 11).

-Solamente Jesucristo posee los tesoros de la vida eterna y, por tanto, nadie puede hablar con la sabiduría y con la autoridad de Él.

Le respondió Simón Pedro: «Señor,...Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn. 6, 68).

-Jesucristo es luz del mundo.

En ella -en Palabra, en el Verbo de Dios- estaba la vida (Jn. 1, 4).

...la vida era la luz de los hombres (Jn. 8, 12).

Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo (Ef. 5, 14).

...Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

...-pues la vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna,... (1 Jn. 1, 2).

Aclaración. La manifestación tan luminosa de la vida tiene su culminación en la Encarnación del Verbo.

Respondió Jesús: «...Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo» (Jn. 9, 5).

Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas (Jn. 12, 46).

-Dios determina «ab aeterno» que el misterio de Cristo sea revelado a los hombres en el Nuevo Testamento.

A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo, y esclarecer como se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas,... (Ef. 3, 8-9).

52. Jesucristo. Su corazón

-Prefigurado en el A. T.

-Profetizado en el A. T.

-Su conocimiento entraña trascendencia y responsa-bilidad para los hombres

-Manantial de donde brota la vida de Dios

-Su amor a los hombres prefigurado en el A. T.

-Revelado en el N. T.

-Ama a los suyos

-Muestra predilecciones por sus elegidos

-Se compadecía de las Muchedumbres necesitadas

-Se muestra a remediarlos

-Su conocimiento su amor valen más que todos los bienes del mundo

-El corazón de Jesucristo, como manantial de vida, fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

Respondió Yahvéh a Moisés: «Preséntate al pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el Río y vete, que allí estaré Yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo» (Ex. 17, 5-6).

Y Moisés alzó la mano y golpeó la peña con su vara dos veces. El agua brotó en abundancia, y bebió la comunidad y su ganado (Núm. 20, 11).

Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación (Is. 12, 3).

¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagad, vino y leche! (Is. 55, 1).

Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados;... (Ez. 36, 25).

Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umbral de la Casa salía agua, en dirección oriente,... (Ez. 47, 1).

-El corazón de Jesucristo fue profetizado con algunas alusiones en el Antiguo Testamento.

Viendo Yahvéh que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Yahvéh de haber hecho al hombre en la tierra y se indignó en su corazón (Gén. 6, 6).

Aclaración. El arrepentimiento de Dios significa el apaciguamiento de su cólera y la cancelación de su amenaza.

...mas el plan de Yahvéh subsiste por siempre, los proyectos de su corazón por todas las edades (Sal. 33, 11).

Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia (Jer. 3, 15).

Puede que oigan y se torne cada cual de su mal camino, y yo me arrepentiría del mal que estoy pensando hacerles por la maldad de sus obras (Jer.26, 3).

Mi corazón se me revuelve dentro a la vez que mis entrañas se estremecen (Os. 11, 8).

-El conocimiento del misterio del corazón de Cristo entraña una trascendencia y una responsabilidad grandes para los hombres.

a) -Trascendencia.

...todos pecaron...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,... (Rom. 3, 24).

...Jesucristo, por quien hemos obtenido también mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos,... (Rom. 5, 2).

Aclaración. «Esta gracia» es el favor de vivir en la amistad divina.

Pues por él, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jesús, Señor nuestro, quien, mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

Teniendo pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne,... (Hebr. 10, 19-20).

Aclaración. Únicamente el Sumo Sacerdote tenía acceso al Santo de los Santos una vez al año.

En adelante todos los creyentes tienen acceso a Dios por medio de Jesucristo.

b) -Responsabilidad.

Porque si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes (Hebr. 10, 26-27).

Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la Gracia? (Hebr. 10, 28-29).

-El corazón de Jesucristo es manantial del que brota el alimento y la vida de Dios.

Jesús le respondió (a la samaritana):

«Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: "Dame de beber" tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva» (Jn. 4, 10).

Jesús le respondió (a la samaritana):

«...el que beba de agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para la vida eterna» (Jn. 4, 14).

Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí no tendrá hambre, y el que crea en mí no tendrá nunca sed» (Jn. 6, 35).

...puesto en pie, Jesús gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí,...» (Jn. 7, 37).

Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero (Apoc. 22, 1).

-El amor del corazón de Jesucristo a los hombres queda prefigurado en el Antiguo Testamento.

Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación (Is. 12, 3).

¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagar, vino y leche! (Is. 55, 1).

-El amor del corazón de Jesucristo a los hombres queda revelado en el Nuevo Testamento.

El último día de la fiesta, el más solemne, puesto en pie, Jesús gritó:

«Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí,...» (Jn. 7, 37).

...al que tenga sed, yo le daré gratuitamente del manantial del agua de la vida (Apoc. 21, 6).

Y el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratuitamente agua de vida (Apoc. 22, 17).

-Jesucristo ama a los suyos.

...sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos, que estaban en este mundo, los amó hasta el extremo (Jn. 13, 1).

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor (Jn. 15, 9).

...y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,... (Ef. 3, 19).

...y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

-El corazón de Jesucristo muestra predilecciones especiales por sus elegidos.

Jesús le respondió: «...Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vayáis y deis fruto, y un fruto que permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda...» (Jn. 15, 14-16).

-Jesucristo se compadecía de las muchedumbres necesitadas.

a) -Por el cuadro de miserias humanas desarrollado ante sus ojos.

Y al ver la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor (Mt. 9, 36).

Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a los enfermos (Mt. 14, 14).

Y al desembarcar vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas que no tiene pastor, y se puso a instruirles extensamente (Mc. 6, 34).

b) -Por su perspicacia en descubrir el lado bueno de los pecadores.

Jesús le respondió -a la samaritana-: «Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice "Dame de beber" tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva» (Jn. 4, 10).

c) -Por la presciencia de las dificultades con que tropezaría.

Por eso os digo: «...Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis...» (Mt. 7, 15-16).

-Jesucristo siente y expresa su compasión por las necesidades de los hombres, y se muestra dispuesto a remediarlas.

Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados y yo os aliviaré (Mt. 11, 28).

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino (Mt. 15, 32).

Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.» Compadecido de él, Jesús extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.» Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio (Mc. 1, 41).

El último día de la fiesta, el más solemne,

puesto en pie, Jesús gritó:

«Si alguno tiene sed, venga a mí.

y beba el que crea en mí»,

como dice la Escritura (Jn. 7, 37-38).

-El conocimiento y el amor de Jesucristo valen más que todos los bienes de este mundo.

a) -El conocimiento.

Así dice Yahvéh: No se alabe el sabio por su sabiduría, ni se alabe el valiente por su valentía, ni se alabe el rico por su riqueza; mas en esto se alabe quien se alabaré: en tener seso y conocerme, porque yo soy Yahvéh, que hago merced, derecho y justicia sobre la tierra, porque en eso me complazco (Jer. 9, 22-23).

Y más aún: juzgado que todo es pérdida ante la sublimidad de conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, y ser hallado en él... (Fil. 3, 8-9).

b) -El amor.

Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura (Mt. 6, 33).

Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección (Col. 3, 14).

53. Jesucristo. Adoración. Culto

-La humanidad debe ser adorada como la divinidad

-El objeto material del Culto es el amor

-El objeto formal es el motivo para adorarle

-La humanidad de Jesucristo debe ser adorada con el mismo culto de latria con que es adorada su divinidad.

...y se humilló a sí mismo, obedecieron hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,... (Fil. 2, 8-10).

Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios (Hebr. 1, 6).

...una multitud de Ángeles...decían con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza» (Apoc. 5, 11-12).

Y toda criatura del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar...oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria, y potencia por los siglos de los siglos.» Y los cuatro seres decían: «Amén»; y los Ancianos se postraron para adorar (Apoc. 5, 13-14).

-El objeto material del culto al corazón de Jesucristo es el amor.

...mi corazón y mi carne gritan de alegría

hacia el Dios vivo (Sal. 84, 3).

Dame, hijo mío, tu corazón,

y que tus ojos hallen deleite en mis caminos (Prov. 23, 26).

...porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).

Aclaración. El amor se atribuye al corazón.

-El objeto formal del culto al corazón de Jesucristo es el motivo para adorarle.

El motivo para adorarle es triple: la excelencia del amor, las virtudes, la sede de los dolores.

a) -La Excelencia del amor.

Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

b) -Las virtudes.

Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;... (Mt. 11, 29).

c) -La sede de los dolores.

Se me estremece dentro el corazón,

me asaltan los pavores de la muerte;... (Sal. 55, 5).

54. Jesucristo. Nuestra incorporación

-Supone: contar con su ayuda

ser uno con él

ser consumados en la unidad

completar lo que falta a su pasión

que los servicios que nos hagan sean a Él

-Que los desprecios que nos hagan sean de El

-Que podemos contar con su ayuda

-La configuración consiste en vivir ciertos misterios que El vivió

-La configuración perfecta es el fin propio de la vida cristiana

-La santidad consiste en la participación de la vida divina

-Toda la vida cristiana se ordena a la glorificación del Padre

-Nuestra incorporación a Cristo supone:

a) -De parte de él,

-Que podemos contar con su ayuda en la lucha,

-Que somos uno con él,

-Que somos consumados en la unidad.

b) -De parte nuestra,

-Que podemos completar lo que falta a su pasión,

-Que los servicios que nos hagan, sean a él,

-Que los desprecios que nos hagan, sean de El.

-Que podemos contar con su ayuda.

Por eso precisamente me afano, luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí (Col. 1, 29).

Todo lo puedo en Aquel que me conforta (Fil. 4, 13).

Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza» (2 Cor. 12, 9).

-Que somos uno con él.

Que todos somos sean uno (Jn. 17, 21).

-Que somos consumados en la unidad.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno,... (Jn. 17, 22-23).

-Que podemos completar los que falta a su pasión.

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia (Col. 1, 24).

Quiero que sepáis qué dura lucha estoy sosteniendo por vosotros y por los de Laodicea, y por todos los que no me han visto personalmente... (Col. 2, 1).

-«En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt. 25, 40).

-Que los servicios que nos hagan, sean a El.

«Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, yo os aseguro que no perderá su recompensa» (Mc. 9, 41).

-Que los desprecios que nos hagan, sean de El.

Y él entonces les responderá: «En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de éstos pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo» (Mt. 25, 45).

...oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?. Él respondió: ¿Quién eres, Señor? Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues» (Hch. 9, 4-5).

-Nuestra identificación con Cristo es el grado más perfecto de nuestra incorporación a Él.

...mas si Cristo está en vosotros, aunque el Cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (Rom. 8, 10).

...y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia, que es Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo (Ef. 1, 22-23).

...hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13).

...y vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí,... (Gál. 2, 20).

...Cristo será glorificado en mi Cuerpo, por mi vida y por mi muerte, pues para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia (Fil. 1, 20-21).

-La configuración con Cristo consiste en la experiencia de vivir ciertos misterios que él mismo vivió.

a) -Morir justamente con él.

Si hemos muerto con él, también viviremos con él,... (2 Tim. 2, 11).

b) -Ser sepultados juntamente con él.

Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte,... (Rom. 6, 4).

c) -Resucitar juntamente con él.

...y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,... (Ef. 2, 6).

d) - Ser vivificado juntamente con él.

...estando muertos, a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo,... (Ef. 2 5).

e) -Identificarnos con él.

Porque si nos hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante,... (Rom. 6, 5).

f) -Vivir juntamente con él.

...y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,... (Ef. 2, 6).

-La perfecta configuración con Cristo es el fin propio de la vida cristiana.

En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él (1 Jn. 4, 9).

-La santidad consiste en la participación de la vida divina traída al mundo por Jesucristo.

...por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,... (Ef. 1, 4-5).

-Toda la actividad de la vida cristiana se ordena a la glorificación de Padre.

Él les dijo: «¿Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?» (Lc. 2, 49).

...y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró (Lc. 23, 46).

Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre,... (Jn. 6, 57).

...porque yo hago siempre lo que le agrada a él (Jn. 8, 29).

Jesús dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti» (Jn. 17, 1).

Aclaración. La vida del cristiano debe ser una continua imitación de la de Jesucristo, por la jerarquía de valores de todo cuanto existe.

...el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; y vosotros de Cristo y Cristo de Dios (1 Cor. 3, 22-23).